Lula da Silva, tras ganar las elecciones en Brasil: " Casi fui enterrado vivo"

Lula da Silva gana las elecciones de Brasil con una ventaja de poco más de 2,1 millones de votos. Este domingo el líder de la izquierda derrotó este a Jair Bolsonaro por la mínima para volver a la Presidencia de Brasil, 12 años después de su último mandato.

Cerca de las ocho de la noche y después de un rápido escrutinio en un país que utiliza el voto electrónico desde 1996, Lula da Silva salió a las calles de Sao Paulo para ser recibido en por miles de personas que lo aclamaban. El candidato de la izquierda ha conseguido el 50,9% de los votos frente al 49,10% del candidato ultraderechista y actual presidente, Jair Bolsonaro. Es la diferencia más ajustada desde el inicio en 1989 de la democracia en Brasil. Y es, también, la primera vez que un presidente que busca la reelección no la obtiene.

Ante la multitud, Lula ha recordado las acusaciones de corrupción que le llevaron a pasar 580 días en la cárcel antes de que el Tribunal Supremo declarara inválida la sentencia por incompetencia del juzgado que lo condenó. "Casi fui enterrado vivo en este país. Por eso ahora considero este momento casi como una resurrección", ha dicho. También ha hablado de "restablecer la paz (...) para construir el mundo que necesitamos".

El ambiente de alegría y celebración por la victoria de Lula contrasta con las escenas de tristeza, rezos y lloros tras conocer, los partidarios de Bolsonaro, los resultados de las elecciones en segunda vuelta.

Lula vuelve al poder después de 12 años

"No es una victoria mía o del Partido de los Trabajadores. Es una victoria de todas las mujeres y los hombres que aman la democracia, que quieren libertad, que quieren cultura, educación, fraternidad e igualdad", ha asegurado Lula da Silva en su primera declaración ante los medios de comunicación tras finalizar el recuento de votos.

Esta será la tercera presidencia de Lula. Ha prometido unir a un país totalmente dividido. De momento Bolsonaro, en las primeras horas tras los resultados, no ha reconocido su derrota. Su entorno asegura que no impugnará los resultados pese a las constantes insinuaciones de fraude.

La toma de posesión de Lula será el 1 de enero. Se enfrentará a una presidencia complicada con los aliados de Bolsonaro en el bloque más fuerte en el Congreso.

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