En la Cumbre del Clima 2019 mandatarios de todo el mundo perseguirán un mismo objetivo ambicioso

Cerca de treinta mil delegados, llegados de casi todos los países del mundo, han sido citados en Madrid con motivo de la COP25. Todos ellos estarán en Madrid hasta la semana que viene tratando de alcanzar un acuerdo que permita limitar la progresiva degradación del planeta. Es un objetivo ambicioso y, por tanto, difícil de conseguir. Especialmente, porque los países más contaminantes del mundo no han enviado a sus mandatarios a esta cumbre.

La cita en España es la última antes de que el tratado se ponga en marcha en 2020. Además, la importancia de dicho evento se encuentra en la crucial decisión sobre el futuro climático. Los primeros discursos de la Cumbre del Clima han puesto toda la presión sobre los jefes de Estado y de Gobierno de los 200 países firmantes. El objetivo es lograr que recorten más sus emisiones, porque los planes actuales son de lejos insuficientes.

Según los expertos, para no superar el umbral de los 1,5 grados a final de siglo, las emisiones tienen que recortarse la mitad en 2030 respecto a 1990. De momento, solo 68 países, la mayoría europeos, se han comprometido a revisar su objetivo de emisiones de gases de efecto invernadero.

La Unión Europea está dispuesta a reducir un 55% en los próximos diez años. Se espera que otros 80 lo hagan durante la cumbre. Pero China e India, el primer y tercer país más contaminantes del planeta, no tienen previsto anunciar nuevas medidas de reducción. Además de endurecer los planes de recorte, en Madrid, se estudiará los mecanismos financieros del fondo de 100 mil millones de dólares anuales que se recaudarán a partir del próximo año para que los países más pobres puedan, también, afrontar el cambio climático.