Sánchez e Iglesias desbloquean en una cena lo que no fue posible en seis meses

Menos de 48 horas han bastado para que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias hayan dejado atrás sus diferencias 'insalvables' y hayan alcanzado un acuerdo de gobierno. Lo que fue imposible durante seis meses de encuentros y desencuentros con 123 escaños el PSOE y 42 de Podemos, es ahora un hecho con 120 y 35.

Pablo Iglesias se postuló como vicepresidente y Pedro Sánchez dijo "NO" pero tampoco aceptó cuando Iglesias se retiró y dejó a Irene Montero como posible vicepresidenta, ni siquiera cuando por teléfono Iglesias le ofreció la posibilidad de pactar hasta conseguir la estabilidad de unos Presupuestos Generales del Estado. Rompieron por la exigencia de una coalición de Iglesias y la negativa de Sánchez que advirtió a Unidas Podemos que solo sería factible un acuerdo si renunciaban a esa condición. El PSOE había ofrecido cargos de responsabilidad intermedios como oferta final y la investidura terminó fracasando.

El tono de los discursos se elevó tanto que Pedro Sánchez llegó a decir que "el 95% por ciento de los españoles no dormirían tranquilos con el líder de Podemos como vicepresidente" y el líder de Unidas Podemos dijo en referencia a Sánchez que "la arrogancia y el desprecio a las reglas básicas de una democracia parlamentaria se han impuesto sobre la sensatez"y añadió a través de Twitter que "Pedro Sánchez comete un error histórico de enormes dimensiones forzando otras elecciones por una obsesión con acaparar un poder absoluto que los españoles no le han dado. Hace falta un presidente que entienda el multipartidismo".

Los dos han salido de las elecciones generales del 10-N con menos diputados y en un escenario en el que Vox ha duplicado sus diputados, Ciudadanos se ha hundido y el Partido Popular sube. Con ese panorama político Sánchez y Rivera han conseguido en tiempo récord un pacto para, dicen, trabajar "por un gobierno en el que no cabrá el odio entre españoles" y como "vacuna frente a la extrema derecha".