Surgió como un movimiento espontáneo, vecinal y de protesta contra el gobierno por su decisión de prorrogar el estado de alarma por coronavirus o las consecuencias económicas por el plan de desescalada.
Pero se está comprobando que el movimiento, que se empieza a conocer como 'la revuelta de las cacerolas' está cada vez más organizado.
Movimiento también en Internet
Interior tiene sospechas y está "vigilante", y comienzan a surgir en Internet páginas web, como una gestionada por la asociación Hazte Oír, donde convoca a los ciudadanos a centenares de concentraciones cada día y además pide donativos.
No es la única página web que pide dinero, también ha surgido una que se hace llamar Gobierno Dimisión: "Nos han acostumbrado a tener horarios de salida, a normalizar colas en supermercados, a necesitar una renta básica, a tener miedo a multas ilegales, a no poder decir todo lo que opinas, y así hasta destruir toda tu dignidad. Es hora de que el Gobierno obedezca, cumpla la ley y detenga el autoritarismo de un Estado abusivo que utiliza el coronavirus para exigir sumisión. Somos españoles, y como españoles lucharemos. Ayúdanos a seguir haciendo campañas con tu donativo...." es el texto que ilustra su página de presentación.
El manual del manifestante
Entre los manifestantes circula también un manual sobre cómo actuar ante la policía durante esas manifestaciones 'espontáneas' contra el gobierno.
En el manual, piden grabar a quienes crean que son agentes de paisano de la policía y difundir sus imágenes.
Aconseja hacerlo con datos encriptados para evitar ser localizados; y recomienda no colaborar con la Policía "toda colaboración irá en tu contra" dicen en el manual y aconseja evitar ir documentados.
10 días de protestas
Cada tarde, después de las 8, se van juntando los manifestantes, aprovechando el paseo diario permitido en las franjas horarias por el plan de desescalada.
De nuevo en el barrio de Salamanca, en Madrid, origen de estas protestas, en la calle Ferraz, ante la sede central del PSOE cerrada, en el Paseo de La Alameda, en Valencia, donde empiezan a ocupar gran parte de la calzada, o en el barrio de los Remedios, en Sevilla. Las caceroladas contra el Gobierno son ya una cita diaria.
En el municipio de Alcorcón se ha repetido, por segundo día consecutivo, la tensión con manifestantes de signo contrario y se ha registrado algún enfrentamiento, por el que la policía ha tenido que intervenir.
