'Las leyes de la frontera', 'Madres paralelas' y 'Titane' protagonizan los estrenos de cine de la semana

Qué atractivo resulta a veces el otro lado, incluso a sabiendas de que nos lleva al mal camino. De eso trata, por simplificarlo mucho, 'Las leyes de la frontera'. El director Daniel Monzón, aclamado por títulos como 'Celda 211' o 'El niño', adapta ahora la novela del mismo título de Javier Cercas para contarnos una historia de amor, amistad y delincuencia en plena transición. Todo un homenaje estilizado al cine 'quinqui', que tan popular se hizo a principios de los 80. Lo mejor de esta producción, su ritmo trepidante y un joven reparto -con Marcos Ruiz, Begoña Vargas y Chechu Salgado como protagonistas- que dará que hablar.

El reverenciado Pedro Almodóvar nos trae en 'Madres paralelas' una historia de maternidades imperfectas lastrada mucho por un poco sutil discurso político. Los temas de la memoria histórica, las críticas explícitas al gobierno del PP o las dos Españas empapan aquí de tono panfletario la historia de dos mujeres convertidas en madres inesperadamente y con grandes dificultades. Obviamente el cine de Almodóvar tiene muchos valores, pero en este caso no consiguen levantar una película superficial en el desarrollo de sus temas.

Otra película de esas que se ama o se odia es 'Titane'. Ganadora de la Palma de Oro en Cannes, la directora Julia Ducournau mezcla aquí asesinatos, relaciones sexuales con coches, cambios de género y sadomasoquismo. Impactante, en muchos sentidos. Y no apta, claro, para estómagos sensibles. Eso sí, gran parte de la crítica no deja de aplaudir y de decir lo mucho que les ha epatado la transgresión de este trabajo.

Y con un 'volantazo' pasamos a hablar de la película más familiar, nunca mejor dicho, de la semana 'La familia Addams 2. La gran escapada'. La pequeña Miércoles está en plena crisis de la adolescencia y sus padres deciden hacer un viaje reconciliador. Con su humor macabro, una apañada animación, esta historia habla en el fondo del cariño y la importancia de quererse pese a no ser perfectos.