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Mason, que durante mucho tiempo fue el hombre más gordo del mundo, optó por el servicio de salud inglés para retirar los restos de piel sobrantes. Había conseguido perder más de la mitad de su peso.
Paul Mason, de 50 años, pesaba más de 380 kilos hace dos años, se sometió a un bypass gástrico cuando le aseguraron que a ese ritmo corría riesgo de fallecimiento.
Tras la operación, de más de 35.000 euros, ha quedado con una cantidad ingente de antiestética piel sobrante. Debería retirarse piel de brazos, piernas y estómago.
Paul reconoce que debe mantener el peso alcanzado tras la cirugía estética para eliminar la piel sobrante de piel.
"Me siento como si me hubieran abandonado a mi suerte", dice el hombre que se gastó más de 35.000 euros en la operación.
Mason no está postrado en cama pero pero requiere de unos bastones para desplazarse
Desde el Sistema de Salud inglés no han querido realizar la cirugía estética a Paul con el pretexto de que necesita estabilizar su peso antes de ser intervenido.
Pero Mason, que ya puede salir de casa en una silla de ruedas motorizada, dijo: "Sólo necesito un poco más de ayuda. Me siento como si me hubieran abandonado a mi suerte."
"Necesito la operación para poder recuperar mi vida, para ser capaz de volver a integrarme en la sociedad. Se me está vetando poder llevar una vida normal."
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