Niño atrapado en una máquina expendedora de juguetes

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SE COLÓ POR UN HUECO DE 25 CENTÍMETROS

Un niño de cuatro años se queda atrapado en una máquina expendedora de peluches

Un niño de cuatro años se quedó atrapado en una máquina de peluches tras deslizarse por la trampilla para coger uno de los juguetes.

El pequeño Aiden Moore celebraba su cuarto cumpleaños tratando de conseguir uno de los peluches de la máquina expendedora. El niño trató de agarrar uno de los juguetes con el gancho de la máquina, pero al ver que no lo conseguía decidió deslizarse por el hueco de 25 centímetros de la trampilla. En ese momento se percató de que no podía salir.

Su hermano de seis años, Coen, avisó a sus padres y al personal del establecimiento. Tardaron cerca de hora y media en liberarle debido a que no encontraban la llave de apertura.

Aiden estaba con sus padres, Darran Moore y Gemma Sherepita, en el establecimiento de máquinas recreativas Dawlish Sands Holiday Park de la ciudad de Devon, al sur de Inglaterra.

Su madre, Gemma Sherepita, explica que: "Coen vino corriendo hacia nosotros riéndose a carcajadas y nos contó que Aiden estaba atrapado en la máquina expendedora de peluches. Estábamos preocupados porque supusimos que tenía el brazo atrapado en la trampilla. Pero cuando llegué a la máquina vi que estaba allí, sentado en su interior, con una gran sonrisa mientras sostenía su osito nuevo entre sus brazos".

Sherepita asegura que: "Yo estaba preocupada al principio, pero él se encontraba perfectamente. Un grupo de personas se reunió alrededor para ver lo que estaba pasando y Aiden disfrutaba con su atención".

La madre relata que el personal del establecimiento estaba cada vez más nervioso porque no encontraba la llave de la máquina, pero su hijo no estaba asustado: "Cuando finalmente encontraron la llave la gente le dio a Aiden un aplauso mientras lo sacaban. Yo estaba atónita de comprobar su desfachatez al subir por el hueco y coger el oso que quería. A partir de ahora le vigilaré con más cuidado", confiesa la mujer.

Su padre tampoco se explica la ocurrido: "No tengo ni idea de cómo llegó hasta ahí, el hueco apenas es más ancho que sus hombros. La trampilla se abre al exterior para que los peluches puedan caer a através de ella, por lo que debe de haberle costado meterse dentro. No había espacio de maniobra. No tiene ni un rasguño, es increíble".

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