La historia de Izan, el pequeño que tras dos años conectado a la diálisis ha recibido un riñón

Con tan sólo dos años, Izan ha necesitado desde que nació una máquina para poder vivir. Sus riñones no limpiaban su sangre incluso desde antes de nacer y dependía del aparato para que lo hiciera por él, sin embargo, desde hace unas horas Izan ha recibido un riñón de su madre.

Antes de la operación Izan se ha tenido que someter a un proceso de limpieza de sus riñones para poder vivir. Cada noche su madre le conectaba a la diálisis, una solución que preparan en el hospital y que entra en su cuerpo a través de un catéter a una temperatura de 27 grados para que el cuerpo no note el cambio de temperatura.

Durante once horas seguidas, mientras duerme, Izan tenía que estar conectado a la máquina y si se despertaba cuenta su madre que esperaba a que ella llegue "sin tocar nada y con su mascarilla puesta".

Este tipo de diálisis se llama 'peritoneal domiciliaria' y su ventaja es que permite a los pacientes llevar una vida más normal ya que la asistencia a los centros médicos se reduce y pueden pasar más tiempo con sus familiares y amigos. Esto supone el paso previo a un trasplante, que a Izan le ha llegado hace tan solo unas horas.

Han tenido que esperar a que el pequeño cumpliera dos años y alcanzara al menos diez kilos de peso para que su madre pudiera darle a Izan un riñón, de este modo garantizaban que el proceso tuviera más posibilidades de éxito.

Esta operación supone un adiós a la máquina que le ha permitido vivir desde que nació.