Gobierno Trump
Trump podría dejar a la NASA en modo supervivencia: podrían estar en juego hasta 3.000 puestos de trabajo
Los nuevos recortes presupuestarios de la Administración Trump golpean con dureza a la NASA: más de 2.000 millones de dólares menos amenazan misiones clave, miles de empleos y la histórica colaboración con Europa. La polémica se dispara con el nombramiento de un director afín a teorías conspirativas.
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Los recortes son galácticos: más de 3.000 puestos de trabajo, entre ingenieros, técnicos y personal de apoyo, podrían estar en riesgo. Las misiones Da Vinci y Veritas, diseñadas para estudiar la atmósfera de Venus y hacer un mapa de su superficie, respectivamente, podrían cancelarse o posponerse indefinidamente. “Estamos viendo décadas de planificación y cooperación internacional quedar en suspenso por decisiones políticas de corto alcance”, lamenta el exadministrador de la NASA, Charles Bolden.
La Agencia Espacial Europea (ESA) también ha expresado su preocupación. En una declaración oficial, advirtieron que los recortes podrían afectar a la presencia de astronautas europeos en misiones conjuntas. Una de ellas podría ser Artemis, el programa destinado a devolver humanos a la Luna. “Nos enfrentamos a una era de aislamiento en lugar de cooperación”, señaló Josef Aschbacher, director general de la ESA. Trump aplica también a la NASA y a su relación con Europa su política victimista, considera que la Agencia ha sido "demasiado generosa" contras naciones.
Por si fuera poco, hay nombramientos polémicos
A todo esto se suman los nuevos nombramientos que propone la administración Trump. El más polémico es el de Steven Kwast como nuevo administrador de la NASA, un general retirado de la Fuerza Aérea y ferviente trumpista. Kwast ha sido criticado por promover ideas desacreditadas como la extracción activa de helio-3 de la Luna por parte de EE. UU., una teoría conspiratoria sin respaldo científico ni técnico. A Lori Garver ex administradora de la Nasa le parece una broma pesada: “Nombrar a alguien con ese perfil erosiona la credibilidad de la agencia”. No opina así Donald Trump que, en su gusto por los personajes extravagantes, defendió a su candidato: “La NASA necesita liderazgo audaz, con Kwast recuperaremos nuestra supremacía espacial”.
En contraste, la colaboración con SpaceX, la empresa de Elon Musk, seguirá siendo prioritaria. Según funcionarios de la Casa Blanca, los contratos privados son vistos como “más eficientes y menos dependientes del gasto público”.
Mientras tanto, científicos y empleados de la NASA ven con incertidumbre un futuro donde los recortes podrían traer consigo no solo menos ciencia, sino también menos sueños.
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