El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, afronta el reto de conseguir que todos sus presidentes autonómicos mantengan una postura común en torno al déficit autonómico, lo que daría una imagen de unión tras una semana en la que la reaparición de José María Aznar ha revuelto las filas del PP.
La reunión tiene lugar antes de que la Comisión Europea confirme y plasme en cifras la flexibilización del déficit para España, decisión de la que dependen en última instancia los objetivos que se fijen para las comunidades autónomas. No obstante, antes Rajoy tendrá que intentar limar las diferencias entre los barones de su partido que defienden que el techo de déficit sea común para todas las comunidades y quienes quieren un reparto asimétrico o déficit diferenciado como ha defendido el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro.
Una postura que de momento han avalado el presidente de la Generalitat valenciana, Alberto Fabra; el de Murcia, Ramón Luis Valcárcel; y el de Baleares, José Ramón Bauza; frente a otros como José Antonio Monago, presidente de Extremadura, o Juan Vicente Herrera, de Castilla y León, que apuestan por que se mantenga un mismo objetivo.
Entre los que rechazan un "déficit a la carta" está el madrileño Ignacio González, quien, aunque entiende que pueda haber medidas excepcionales para paliar situaciones "especialmente complejas", ha pedido que sea el Estado el que asuma las "medidas correctoras" del déficit; posición similar a la del presidente de Cantabria, Ignacio de Diego.
Los presidentes de Galicia, Alberto Nuñez Feijóo, y Aragón, Luisa Fernanda Rudi, también han sido claros al advertir que no aceptarán un trato de favor para Cataluña mientras otros como Pedro Sanz, de La Rioja, creen que se llegará a una "solución de consenso satisfactoria para todos". También Mariano Rajoy se ha mostrado convencido de que las diferencias entre los presidentes autonómicos se resolverán sin mayores dificultades y se alcanzará un acuerdo en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, aunque sí ha lanzado varios llamamientos para pedir a todos "generosidad", "altura de miras" y que no se tiren "los trastos a la cabeza".
Sí en la reunión de hoy se logra al menos un acercamiento, servirá también para que el jefe del Ejecutivo pueda demostrar que su liderazgo en el partido no se ha visto cuestionado por las críticas del expresidente del Gobierno Jose María Aznar, quien por cierto vuelve a salir a la palestra para presentar un libro de la Fundación FAES.
