Publicidad
Juan Ribó es Don Francisco; Cliente asiduo de las Galerías. Simpático, afable, con aire de buenazo y persona de confianza, don Francisco fue uno de los primeros clientes de las Galerías y, con el paso del tiempo, se ha convertido en uno de los clientes más fieles.
Cuando Don Francisco se da cuenta de que Luisa, una de las costureras, tiene un problema, no duda en ayudarla por encima de lo que cabría esperar de un simple cliente. La joven se lo agradece profundamente sin saber que esa gratitud que le debe acabará convirtiéndose en una cárcel para ella.
Publicidad

Pelayo hace una llamada urgente para evitar que Fina regrese a España y de repente… ¡aparece Manuela!, ¿lo habrá escuchado?
Pelayo mantiene una conversación telefónica a espaldas de Marta.

Tasio, desconsolado, se derrumba con Gaspar al hablar de la repentina muerte de su madre: “Todo es mi culpa”
El joven se rompe con su amigo y llora al sentirse culpable de la muerte de Ángela.