Capítulo 49
"Nunca serás un señor": Kazim revive el trauma de su infancia tras ser echado a patadas de la mansión Korhan
Tirado en el suelo, Kazim ha vuelto a ser aquel niño al que su padre pegó, humilló y echó a la calle después de que su tía lo delatara.

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El recuerdo más doloroso de su niñez ha vuelto a su cabeza. Tirado en la entrada de la mansión Korhan, Kazim ha sentido que volvía a ser aquel niño al que humillaron y echaron a la calle.
Frente a la puerta, las imágenes de su pasado se han vuelto claras, como si hubieran pasado ayer. Ha recordado el día en que su tía Hattuc lo delató por pintar una pared con un simple lápiz. “¿Qué escondes detrás de ti? ¿Has manchado la pared? Eres un descarado… y ahora un ladrón”, le gritó por comerse unos dulces a escondidas.
Su padre no tuvo piedad. Como tantas otras veces, le dio una paliza y lo dejó tirado fuera de casa. Entre insultos, le dijo que nunca sería un señor, que había manchado su nombre y su orgullo. Aquellas palabras, duras y crueles, se le quedaron grabadas para siempre mientras lloraba pidiendo perdón.
En su mente, ha revivido cada paliza, cada humillación y cada promesa rota de que no volvería a pasar. Ha recordado cómo, incluso entonces, su padre le dijo que ojalá hubiera muerto en lugar de su hermano.
Ahora, ese niño y el hombre en el que se ha convertido se han mirado de frente, como si el tiempo no hubiera pasado. Y Kazim, por un momento, ha sentido que nunca se libró de aquel día.
Pero lo más duro es que, con los años, se convirtió en lo que más odiaba: un ogro con su propia familia. Lleva toda la vida pegándole a su mujer, Esme, y también a sus hijas, Suna y Seyran, repitiendo el mismo patrón que sufrió de niño.
Ahora, el destino le ha devuelto lo que sembró. Suna, la hija a la que tantas veces hizo llorar, ha sido quien lo ha echado de la mansión Korhan.
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