Triana y Hugo estaban muy esperanzados después de hablar con
Almudena. Pero ahora que la chica ha muerto, han perdido una gran oportunidad. Junto
a su cuerpo inerte apareció una botella de alcohol y varios medicamentos. Además,
parece que Zapata ha empezado a sospechar de Triana. “Usted fue la última que vio a Azucena con
vida”, dice.
En comisaría, Zapata no ceja en su empeño sobre
descubrir más información. Mientras interroga a Triana, el comisario desvela
que sabe lo que hay entre ella y Hugo. Pero, en ese momento, una mujer irrumpe
en el despacho. Es Luisa García, una comisaria jefe que ha llegado desde Madrid
para tomar el control de la comisaría. A Zapata nadie le había avisado sobre
ello, y se queda muy sorprendido.
Por otra parte, Hugo pide ayuda a Jairo para
poder ver a Andrea. El ‘Toy boy’ piensa que el hijo de Macarena podría estar
detrás de las muertes, y quiere hablar con él en privado. Jairo engaña a Andrea
y ambos se encuentran en el barco de Hugo. “Azucena me contó que te escucho
gritar, había alguien más. Tienes que decírmelo, tenemos que detenerlo”, le
dice Hugo.
Pero Andrea no reacciona bien. Se pone
nervioso y niega que, la noche en la que Philip Norman fingió su muerte, hace
siete años, hubiera nadie más con él. La presión puede con él y huye del barco,
perseguido por Hugo y Jairo. “Nadie lo sabe”, grita antes de tirarse al agua.
Hugo, desesperado, ve como Andrea se aleja sin querer colaborar: “Tiene que
hablar”.
Iván le pide a Hugo que se encargue durante
unos días del Inferno, él se va a ausentar. Después de encontrarse con un
narco, Iván ha planeado un arriesgado movimiento: hacerse pasar por policía
para para conseguir la cocaína de la casa de unos camellos.
Además, Benigna se enfrenta a uno de sus momentos más difíciles. A María Teresa le ha destrozado la noticia de la muerte de Álvaro. Cree que Benigna y Ángel Altamira tienen la culpa de todo, e intenta asesinar a su madre a plena luz del día. “Eres un monstruo, cómo has sido capaz de hacerle eso a Álvaro, a tu nieto”, reprocha a Benigna mientras le amenaza con un cuchillo. Pero María Teresa es incapaz de hacer daño a Benigna.
Carmen llega y la tensión desaparece. Es
Benigna quien le ha citado en su casa, pues necesita un nuevo favor de la
abogada. Quiere hablar en persona con Triana y Hugo y, para ello, necesita su
ayuda. La señora Rojas necesita saber si el ‘Toy boy’ asesinó a Álvaro. Finalmente,
consigue que los cuatro se reúnan en el despacho.
Benigna expone sus dudas sobre Hugo: “Le
partiste un brazo y poco después apareció su cadáver en tu barco”. Pero Triana,
cansada de mentiras, pone todas las cartas sobre la mesa. Cree que todo es una
lucha de poder entre los Rojas y los Media, y así lo expresa. “Mi cliente es
solo una víctima más de ese fuego cruzado”, afirma.
La abogada no puede contenerse más. Termina
revelando que sabe que el caso de Hugo no es pro bono. Así como que Benigna es quien realmente financia la
defensa del ‘Toy boy’. El descaro de Triana se gana la confianza de Benigna. La
señora Rojas decide confiar en la abogada y seguir financiando la defensa de
Hugo.
Ya en el coche, Hugo y Triana debaten sobre
en quién confiar. Triana cree que, si descubren algo, deberían guardarlo para
ellos. Pero Hugo se decanta por informar a la comisaria. Ambos tuvieron una
reunión con Luisa, en la que ella les recomendó mantener a Hugo como principal
sospechoso del asesinato de Álvaro. Así, ganarían tiempo para investigar.
Parece Claro que Luisa no tiene nada que ver con Zapata y Hugo quiere confiar
en ella.
Antes de que Triana pueda contestar, la abogada empieza a sentirse mal. No puede respirar y, con ayuda de Hugo, para el coche en un lateral de la carretera. Ha sufrido un ataque de ansiedad.
"Te estoy jodiendo la vida", Hugo a Triana
A Triana nunca le había ocurrido algo así y
está al límite. No puede olvidar la imagen de Azucena muerta y se siente
culpable de lo ocurrido. “Nosotros la hemos matado con nuestras preguntas”,
afirma. “Desde que te conozco, todo se ha ido a la mierda”, dice sin pensar.
Hugo se queda muy afectado y, a pesar de que Triana se disculpa, él piensa lo
mismo: “Te estoy jodiendo la vida”.
Por si fuera poco, Triana también tiene que
hacer frente a un ultimátum de Carmen. La alcaldesa visitó a Carmen para
enseñarle el mensaje que Triana dejó en el móvil de Azucena, su sobrina. La
abogada está muy cabreada y se siente defraudada con Triana. Pero todavía no le
va a despedir, necesita que complete un último trabajo: quiere toda la
información del caso. “Elige tu bando, pero piénsalo bien, te estás jugando
mucho”, le dice.
Lejos de la tensión de Triana, los ‘Toy boy’ también
enfrentan un problema. En el Inferno hay una fiesta privada de cumpleaños. Todo
transcurre con normalidad hasta que una clienta se excede con Jairo y pide más
de lo que suelen dar. Aunque Germán y Hugo tratan de salvar la situación, las
chicas también se sobrepasan con ellos. Terminan el número, pero no se sienten
bien. “Nos han tratado como si fuéramos de usar y tirar”, se queja Germán. Todo
empeora cuando descubren que, además, se han ido sin pagar.
Por otra parte, Mateo Medina se acerca a su sobrino y le da una tarjeta de crédito. Quiere ayudar a Andrea para que no tenga que depender de su madre. Además, Ángel Altamira sale de la cárcel. El empresario había ingresado en prisión después de que Zapata encontrara el reloj de Philip Norman en su coche
Finalmente, Triana llama a Hugo. No se siente bien por lo
que dijo y se declara. Si tiene que elegir, la abogada le elegirá a él. Pero
tiene que dejar el mensaje en el contestador, Hugo no responde. El ‘Toy boy’ ha
caído en una trampa. ¿Le ocurrirá algo malo?