Paco Miranda llegó a Inspector Jefe gracias al enchufe de su suegro, un eminente policía muy bien situado, que se encarga de echárselo en cara a la mínima de cambio y de leerle la cartilla asiduamente, recordándole como deberían hacerse las cosas. Se casó con Lola de penalti, su suegro, Don Lorenzo, le llevó prácticamente a punta de pistola al altar.

Simpre ha vivido agobiado por la amenaza del despido y por el miedo a no llegar a fin de mes con su escaso sueldo.Su principal apoyo siempre fue su familia, pero las cosas se han ido torciendo con el tiempo y ahora vive lejos de su mujer y Sara, su hija, se casó con su mejor amigo y se fue a trabajar a Estados Unidos. Se encuentra solo y algo deprimido.

Intenta siempre ocultar sus meteduras de pata, mintiendo a su suegro, sus compañeros y, cuando vivía con su mujer, a ella misma.

No es muy listo, pero el corazón no le cabe en el pecho. Se obnubila con facilidad y acepta las soluciones más descabelladas para los problemas que se le plantean, porque sus hombres siempre acaban liándole, su inseguridad le lleva a confiar en sus ideas peregrinas.