
Seren sigue inconsciente, y Uras, destrozado, se sincera por fin. Suplica su perdón, promete cambiar y llora al darse cuenta de que quizá ya sea demasiado tarde.

El hospital respira por fin. Seren ha sobrevivido a la operación más difícil de su vida, pero el miedo a las secuelas mantiene a todos en tensión. Nadie sabe qué pasará cuando despierte.