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Tras la pérdida de Bárbara, el grupo rebelde parece desintegrarse. Viriato ha decidido abandonar la lucha y se aleja de todo mientras Sandro, completamente hundido, se dedica a llorar la muerte de su esposa entre jarras de cerveza.

Por su parte Paulo y Darío intentan recomponer el grupo.  Los rebeldes se encuentran contra las cuerdas: tienen que recuperar a su líder y hacer frente a un nuevo ataque de Galba . El pretor está destruyendo su reputación: soldados disfrazados de rebeldes están matando hispanos y en su poblado la gente los cree asesinos. En Caura la indignación es general y el consejo decide invitar a  Galba a presidir la fiesta anual de la fertilidad para pedirle su protección. Pero lo que parece un paso atrás para los rebeldes puede convertirse en una gran oportunidad para derrrotar a Galba.

La muerte del padre de Claudia sitúa a Galba por fin sobre su mujer. Y Galba no duda en aprovecharlo para hacerse con aquello que su mujer le arrebató... Nerea .

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