Pepa descubre algo que hace que su vida se tambalee: Martín, tiene tres lunares en la espalda. Tres lunares como los suyos propios, tres lunares como los que tenía su hijo cuando nació, pero ¿cómo? ¿Es posible? Martín es el hijo que le arrebataron a Pepa al nacer.
Tristán, que ya se encuentra mejor, intenta tomar poco a poco el control sobre su finca. Le advierte a Mauricio que no le gustan los castigos físicos. El capataz se defiende: él sólo hace lo que manda la señora. Descubren que hay una plaga en la tierra.
Soledad sigue su historia de amor con Juan a escondidas, pero Tristán le previene: Él los ha visto y no dirá nada, pero si se entera Francisca pueden tener un gran problema.
Y los Castañeda no pueden comprar una medicina que necesita el padre de familia porque han tenido que pagar los uniformes que Mariana quemó en el capítulo anterior.
Pepa intenta averiguar cosas sobre Martín. Descubre que Tristán es hermano de Carlos Castro, el verdadero padre de Martín, que murió en un incendio que destruyó su hogar y mató a todos los de la casa. Tras el descubrimiento, cuando Tristán busca a Pepa, ésta es fría y se desdice de cualquier palabra de amor que haya podido tener para el soldado.
Pepa ve lo mucho que Martín quiere a su madre, pero le preocupa lo desquiciada que está Angustias, los arrebatos que tiene incluso con el niño.
Finalmente llega el día de la fiesta de bienvenida en la Casona, Martín se escabulle y Pepa, que andaba por allí, ve la oportunidad de recuperarse a su hijo… ¿Raptará Pepa a Martín?