Mariana tranquiliza a María. Nadie ha robado el llamador de ángeles. Ella sabe dónde están.

A Quintina le parece que Hipólito está raro. Él reacciona con brusquedad. Quintina tiene razón. Parece que la discusión de Quintina e Hipólito va a traer consecuencias.

Gonzalo le cuenta a su mentor que ayudará a María desde una noble y blanca amistad.

Alfonso cuenta a Emilia la historia de Salvador, mostrándole el lugar donde lo enterraron.

Mariana está angustiada por Soledad. Lo habla con Gonzalo. Sólo pueden esperar.  Fernando pide ayuda a Mauricio para localizar a su padre.

María se disculpa ante Fernando por haber discutid, en la disculpa entiende que la está invitando a ir con él a Madrid.

Vemos de forma fehaciente que Aurora sabe cómo controlar a su padre.

Francisca cree que ese hombre tan parecido a Salvador es una broma macabra de Raimundo. Francisca culpa a Raimundo y él se ríe de sus miedos. Los remordimientos le hacen ver fantasmas. Francisca se lleva el susto de su vida al creer recibir la visita de su difunto esposo: Salvador Castro.