Eugenia es salvada en el último momento por Roberto, los dos conectan charlando sobre su mala suerte en el amor.
En casa de los Montoro todo son nervios, unos se culpan a otros de no haber cuidado suficientemente bien a Eugenia. Temen que le haya pasado algo horrible, pero se alegran al ver aparecer a la joven en compañía de Roberto.
En la taberna, los preparativos de la representación de La Pasión van viento en popa, pero el obispo llega antes de hora y confunde todo con una blasfemia castigada con la excomunión.