En esta lucha, como siempre, tiene aliados y enemigos. En el primer bando se encuentran Sara y Don Germán. La primera le anima a seguir por ese camino, pero advirtiéndole que no será nada fácil. El señor Montoro hace lo mismo. Se enorgullece de verlo luchando por sus ideales, pero le aconseja que se aleje de peligros innecesarios. Sin embargo su propia familia, Álvaro y el capitán Olmedo se muestran totalmente en contra de su decisión. En la que ven más males que buenas noticias.
Antonio Villa sigue esperando nervioso el día de la boda. Y no le falta razón ya que Martina y Álvaro buscan sin descanso alguna prueba que demuestre que no es quien dice ser. Álvaro acude en busca de ayuda a junto de Olmedo, pero éste le dice que no tiene tiempo para sus jueguecitos.
Mientras, Carranza sigue arrestado. Pero sus amigos no lo olvidan. Sara y el Marqués consiguen hacerle una rápida visita para animarlo a que aguante y que no tema porque conseguirán que vuelva a ser libre.
Por último, Julieta no se olvida del hombre de su vida. El marqués, aún habiéndole dicho que no tiene nada que hacer con él, no consigue tranquilidad.