Elías planea su último golpe en la comarca. Cree que la Guardia Civil está tras su pista y quiere marcharse cuanto antes, pero Sara se entera de sus planes.
Rafalín muestra el yelmo que encontró en el monte a la gente del pueblo, que se burla de él diciendo que eso no es más que chatarra. Pero Don Leonardo, un anticuario que está de paso por Arazana, sí se interesa por el yelmo.
Don Eusebio, más recuperado de su enfermedad, vuelve a enfrentarse con su hijo por las decisiones que ha tomado en su ausencia. Sobre todo, cuando Sara le agradece que haya permitido tener agua a la gente del pueblo.