Álvaro Montoro se bate en duelo con “Lucero de Linares” y consigue la reconciliación con Margarita. Morales recibe un desagradable encargo por parte de Olmedo, debe dar una paliza al periodista Peralta.

Sara y Miguel se dan una tregua y parece que, poco a poco, acercan posturas. Aunque, por otro lado, también crece la afinidad ideológica entre Sara y Roberto. En definitiva, la inglesa empieza a debatirse entre dos amores.

Álvaro y Olmedo sospechan que el robo en la casa de los Montoro es obra de alguno de los empleados y hay que proceder a interrogarlos a todos. Fermín y Don Germán no apoyan la teoría pues confían plenamente en sus trabajadores.

Morales recibe un desagradable encargo por parte de Olmedo, debe dar una paliza al periodista Peralta. Cosme está muy preocupado por el desánimo de su hija Carmen, que finalmente acaba reconciliándose con su marido.