Irene conoce a su marido Rodrigo gracias a Armando, desgraciadamente, Rodrigo fallece y ella, al enviudarse, se convierte en la dueña de un negocio con mucho capital que gracias a su carrera sabe administrar a la perfección.

Desde que asumió el mando de la empresa, trabaja codo con codo con Armando Ordóñez, a quien ayuda a dirigir sus hoteles.