Martín Angulo presiona a Alicia con el tema de Isabela, con quien sigue sin poder verse pese a ser su abogada defensora. Fernando, dándose cuenta del peligro y la presión a las que está sometida Alicia, decide abandonar su casa como refugio y empezar a aprovecharse de su nueva identidad como Roberto Setién, un hombre al que nadie busca. Por su parte, y a través de Macarena, Alicia dará con una posible solución para dar con Isabela: los contactos del bufete Olazábal. Sin embargo, Inés, lejos de estar animada a hacer nada, se siente cada vez más perdida. No solo la lectura del testamento de Arturo la ha enemistado con Pía, quien a duras penas parece querer reconciliarse con ella a través de la mediación de Guillermo, sino que su crisis es aún más profunda, hasta un punto al que ni siquiera Mauro, volcado en todo momento con ella, parece ser capaz de llegar.
Mientras todo esto ocurre, en la Plaza de los Frutos Bonilla sigue escondido en casa de Asunción y Héctor y es Pedrito quien se ha instalado en el hostal, lo cual le acerca aún más a Dorita, y hace las veces de vigilante para comprobar que no hay policías rondando. Para gran alarma de Bonilla, que le hará replantearse su situación, Pedrito dará con ellos con ayuda de Pelayo y avisará en casa, pero finalmente, y gracias a las pesquisas de Héctor, se descubrirá que es a Carmen a quien buscan. En cualquier caso, esto no son buenas noticias, pues si ella no aparece es más que posible que, a la larga, sean Héctor y Asunción quienes carguen con la desaparición de Ramiro Pardo.