Iñaki el niño de los pintxos

Vamos a poner un poco de orden porque en Allí Abajo, Aquí Abajo para los andaluces, hay un pentágono amoroso que empieza a ser confuso y esto cada vez se parece más a una película de Almodóvar.

" Allí Abajo, Aquí Abajo para los andaluces, se parece más a una película de Almodóvar"

Iñaki, el chico del norte cuya madre está en coma, está enamorado de Carmen, la enfermera y ex novia de Rober, el médico de la Clínica, que se lio con Trini, la jefa de Carmen. En Donosti está Nekane, que está enamorada de Iñaki y se lo confiesa en una carta que le llevan a Sevilla los amigos de Iñaki, que creían que era homosexual y estaba saliendo con Rober. Corrijo: no lo parece, es una película de Almodóvar.

Siguiendo esta lógica almodovariana, supongo que este follón acabará en los siguientes capítulos con Carmen, la enfermera, enamorándose locamente no de Iñaki, sino de la madre de Iñaki. Ella está en coma pero a Carmen no le importa porque el amor está por encima de todo eso. Le pedirá matrimonio en la habitación de la clínica ante la mirada de Benito Benjumea. ¿Quieres casarte conmigo, Marishu?, preguntará la enfermera. Al hacer la madre en coma en ese momento una especie de mueca, probablemente un gesto muscular involuntario con la cara, el señor Benjumea, allí presente, entenderá que ha sido una respuesta afirmativa. Carmen y Maritxu (o Marishu) acabarán casándose cuando ésta, un año después despierta del coma. La boda se oficia en la basílica de la Virgen de la Macarena.

¿Qué pasa con Iñaki? ¿Cómo llevará eso de que la mujer de la que está enamorado esté casada con su propia madre? Pues mal, ¿cómo lo va a llevar, joder? Piensa si te pasara a ti. Iñaki caerá en una profunda depresión.

Una buena mañana en el bar de la clínica Híspalis conocerá a Morante de la Puebla, un torero sevillano que pasó por el hospital para hacerse unas radiografías de las patillas y quedó prendado con los pinchos de Iñaki. Al ver su estilo con las banderillas, como el torero llama a los pinchos, Morante invita a Iñaki a unirse a su cuadrilla. ¿Cuadrilla? ¿Banderillas? Eso suena bastante bien, pensó Iñaki, tomaremos unos vinos y echaremos un mus, sin saber que Morante era torero. Cuando Iñaki quiso darse cuenta, tenía colocado un traje de luces, una banderilla en cada mano y un toro Miura de 500 kilos esperándolo en mitad de la plaza.

Iñaki está a punto de pisar el albero y ponerse ante el Miura, cuando de repente salta al ruedo Carmen la enfermera, que había acudido a la corrida con un colectivo animalista. Cuando salta al ruedo con su cartel denunciando el maltrato animal ve que Iñaki, el niño de los pintxos, como se le conocía ya en Sevilla, detrás de la barrera y se da cuenta de que su boda con la madre de Iñaki ha sido un error y que realmente está enamorada de él.

Iñaki y Carmen se funden en un beso de película en mitad de la abarrotada plaza. Un apasionado beso que acaba repentinamente cuando el Miura de 500 kilos los embiste a ambos y los devuelve a la Clinica Híspalis, esta vez como pacientes y de nuevo empezará todo.

Esa es mi apuesta de lo que está por venir, pero que cada uno haga la suya.