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SIMON PEGG SE SINCERA

Simon Pegg habla por primera vez sobre su alcoholismo: "Soy actor, así que actuaba todo el tiempo"

Simon Pegg ('Bienvenidos al fin del mundo', 'Ready Player One') reveló el mes pasado haber tenido problemas con la bebida. Durante años, se dedicó a esconderlo, pero ahora ha decidido sincerarse sobre la espiral de depresión y adicciones que ha vivido durante años.

Simon Pegg en la premiere de 'Ready Player One'

Simon Pegg en la premiere de 'Ready Player One'Gtres

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Simon Pegg ha abierto la puerta a su pasado: alcoholismo y depresión. El mes pasado, el actor reconoció haber tenido problemas con la bebida y, ahora, ha revelado que la película que protagonizó y co-guionizó, tiene más que ver con él de lo que pensábamos. "La adicción me poseía", ha confesado a The Guardian. Durante años, trató de esconderlo y le hizo perder casi todo. Ahora sabe que "estar vivo es una suerte".

Pegg, que ahora tiene 48 años, sabía que sufría depresión desde los 18 años, pero hasta 2005 tomó "su propia medicación". Reconoce que no tenía tiempo para pensar en su enfermedad, por lo que la bebida era la solución a la tristeza y a todos sus problemas. Tenía una carrera por construir y toda una vida por delante. Pero durante el rodaje de 'Misión: imposible 3', cuando su carrera comenzaba a despegar, su vida empezó a desmoronarse y no tuvo más remedio que desaparecer durante cuatro días. "Estaba perdido, infeliz y alcohólico", reconoce. Y añade que se lo ocultó a los fans.

El actor, que interpretó a Gary King en 'Bienvenidos al fin del mundo', asemeja su personaje con la adicción. En la película, Gary continúa aun sabiendo que él y sus amigos están en peligro. "Sentía que estaba contándolo a través de ella porque eso es la adicción. Es como si te creciera otra cabeza que lo único que quiere es autodestruirte y lo pone por encima de todo lo demás: tu matrimonio, tus hijos, tu trabajo".

"Una cosa que provoca la adicción es hacerte inteligente para no contar nada. La gente cree que los yonquis y los alcohólicos son personas descuidadas y desmotivadas, pero no lo son. Son increíblemente organizados. Pueden ir a tomar un trago de whisky y no te enterarás de que se han ido. Pero al final, las señales son demasiado obvias." Además, agregó que "el nacimiento de su hija Matilda no solucionó las cosas", pues la única manera de hacerlo es yendo a terapia o con medicamentos. De esta forma consiguió vencer a la adicción en 2010: "me sentí bien y dejé de beber, pero con ayuda".

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