Hablamos con ellos
Los vecinos de Santiago de Compostela, cansados de los peregrinos que llegan cada día y colapsan la ciudad
Se pegan juergas con tambores, hacen botellones en la plaza del Obradoiro, merendolas para celebrar que han llegado al final de su camino y no recogen la basura, e incluso se cortan las uñas. Lo más grave, sin embargo, es que colapsan las calles y dificultan el paso de ambulancias
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Los vecinos del casco histórico de Santiago de Compostela están cansados de los peregrinos que cada día llegan a la ciudad y arrasan con todo. Denuncian que alteran la convivencia y no aguantan más.
Y es que los peregrinos se pegan juergas con tambores, hacen botellones en la plaza del Obradoiro, merendolas para celebrar que han llegado al final de su camino y no recogen la basura, e incluso se cortan las uñas.
Lo más grave, sin embargo, es que colapsan las calles y dificultan el paso de ambulancias, poniendo así en peligro la vida de los vecinos. Los peregrinos han convertido el punto final del camino en una odisea.
Hemos hablado con Iván, uno de los vecinos desesperados, que ha asegurado que especialmente el último kilómetro del camino se vuelve más incívico entre los peregrinos.
En Y ahora Sonsoles conocimos el caso del barrio del Bon Pastor, en Barcelona, donde los vecinos están cansados de sufrir los robos de los ladrones y han decidido enfrentarse a ellos personalmente.
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