Caos en verano

Turismo incívico: estos son los lugares de España en los que el verano se ha vuelto un caos

El verano no solo trae riqueza a los lugares turísticos, también está trayendo malestar en distintos puntos de España. Borracheras, peleas y denuncias son algunas de las consecuencias que trae el malestar de algunos vecinos.

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Las cifras del sector turístico marcan la recuperación total del sector turístico. Esto trae riqueza, pero también quebraderos de cabeza por las múltiples quejas.

Es el caos de los vecinos de Mallorca, quienes están hartos. El turismo deja un paisaje de jóvenes bebiendo en mitad del paseo marítimo que impide el descanso de los vecinos.

Un panorama parecido es que están viviendo en Málaga, donde concurren peleas dentro y fuera de las discotecas. Incluso entre las tumbonas de las playas durante la madrugada.

A su vez, en Torremolinos se acumulan las denuncias, hasta un total de 62 denuncias por conducir ebrios y 30 por consumo o posesión de estupefacientes y 423 por consumo de alcohol en la vía pública.

"Se multiplica la población. No hay efectivos" ha asegurado Lucas Lavilla, portavoz de AUGC Huelva.

Aunque esto no solo ocurre en las playas. En el camino de Santiago muchos plantan sus tiendas de campaña. Los vecinos de la plaza de Obradorio confiesan que no pueden más.

Este panorama ha regalado imágenes como el de una peregrina cortándose las uñasde los pies en la plaza de la catedral.

"Es insoportable"

En 'Y ahora Sonsoles' nos hemos trasladado a hablar con los vecinos para que nos cuenten más de cerca la situación de este turismo incívico.

Arnau Aguilera, presidente de asociación de vecinos en Magaluf (Mallorca) ha apuntado a “la imagen de la calle, como suciedad, ruido, preservativos en la calle, prostitución… algo que es insoportable”.

Esta situación ya se trató con la ley de excesos en Mallorca, una norma que apunta a que ha obtenido pocos resultados."Ha servido de poco o nada.(...) De hecho, vamos ‘in crescendo’ este año”.

En el caso de turismo de Santiago de Compostela es menos incívico, pero sufren ciertas realidades una vez que los peregrinos finalizan el camino. Pueden llegar a la plaza, pueden montar una tienda de campaña o agruparse para beber.

Roberto Almuiña, presidente de asociación de vecinos, apunta a que “los peregrinos se portan por regla general bien” pero hay un grupo, que son los que llegan en bicicleta, que “no distinguen las calles peatonales y provoca quejas de todo tipo”.

Aunque en el centro "todo son gritos y cánticos" que impiden el descanso a los residentes, ha detallado Roberto.

Un lugar que también está sufriendo por la llegada masiva de turistas es Tarifa, que dividen al pueblo entre los que ven el turismo como un pilar fundamental para su economía y los que se quejan por el ruido y los destrozos.

Al margen de estas situaciones, lo que está claro es que queremos disfrutar de las vacaciones, pero no a costa del malestar de los otros.

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