En Valencia
El síndrome de Diógenes le ha costado la vida a Ramón: su cuerpo ha sido hallado entre 800 kilos de basura
Los vecinos del edificio donde vivía no sabían nada de él desde el mes de diciembre y, tras comenzar a oler algo extraño, decidieron llamar a los bomberos, que en un principio no pudieron entrar debido a la acumulación de basura. Su cuerpo sin vida ha sido encontrado entre kilos de desechos
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El síndrome de Diógenes ha acabado con la vida de Ramón, un hombre que dormían encima de un colchón rodeado de basura, palés y maderas. Incluso en ocasiones dormía en la azotea porque él mismo no podía soportar el olor.
Era un hombre querido por los vecinos, pero hace años comenzó su síndrome de Diógenes, que le llevaba incluso a salir de madrugada a coger todo tipo de basura.
Ramón ha fallecido, y lo ha hecho enterrado en hasta 800 kilos de basura entre los que encontraron su cuerpo sin vida. Ha ocurrido en el segundo piso de un edificio de Valencia.
Este hombre tenía problemas de salud y acudía a hacerse curas en las piernas, momento que aprovechaba para recoger más residuos. Algunos de ellos los dejaba en el rellano o en el cuarto de luces.
Desde diciembre no se sabía nada de él y los vecinos alertaron a los bomberos cuando empezaron a oler algo extraño. Sin embargo, debido a la gran cantidad de desechos acumulados, no pudieron entrar en la vivienda y tuvieron que escalar la basura para acceder a él.
En Y ahora Sonsoles hemos hablado con Dori y Carmen, dos vecinas que llevaban tiempo advirtiendo de la situación. Dori ha confirmado que el olor que salía del piso una vez había fallecido Ramón era insoportable.
Carmen, por su parte, ha explicado que llevan 20 años, desde que falleció su madre, viendo cómo este hombre subía trastos a su casa. "A lo mejor se sentía solo", ha asegurado. Ellos, sin embargo, no lo sabían porque salía de madrugada.
Los vecinos han intentado ayudarle llamando a servicios sociales, bomberos o la policía, pero les decían que tenían que localizar a un familiar y que, además, como Ramón no abría la puerta, no podían hacer nada.
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