Nos lo cuentan
El pueblo de Chiva, sin fiestas taurinas por un fallo administrativo: "Nos toca muy dentro, estamos sufriendo"
A pesar de que la asociación entregó toda la documentación, el consistorio se lio con las fechas y ahora la única solución es anular estas fiestas o aplazarlas al 23 de agosto, una opción que no es posible para comercios que han hecho una gran inversión o para algunos proveedores.
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El pueblo de Chiva (Valencia) lleva todo un año esperando unas fiestas taurinas que finalmente no se van a llevar a cabo después de una confusión del ayuntamiento entre días hábiles y naturales.
La asociación entregó la documentación necesaria a tiempo y el 24 de julio todos los permisos y contratos estaban sobre la mesa, pero el consistorio se lio con las fechas y ahora no tienen autorización para cumplir con el calendario.
Por tanto, en los días que estaban programados en su programa, el toro no correrá después de más de 400 años en los que lo ha hecho siempre en las mismas fechas.
"Nos toca muy dentro"
La única solución es anularlo o aplazar la fiesta al 23 de agosto. Sin embargo, no todos los proveedores están disponible para esa fecha y muchos negocios habían hecho un importante desembolso, por ejemplo, la comida, que podría echarse a perder.
Los vecinos están disgustados pero también los turistas que vienen expresamente a disfrutar de esta tradición declarada bien de interés turístico, y que tiene un impacto de casi 13 millones de euros en el pueblo.
Hemos hablado con una representación de los vecinos que están luchando por que el toro corra por las calles de Chiva. Salvador, uno de ellos, nos ha contado que la fiesta tiene un gran impacto socio-económico y además tiene un importante arraigo cultural y familiar.
"Nos atañe a todas las personas del pueblo y que nos toca muy dentro, estamos sufriendo", ha dejado claro. Una angustia que sufren también los clavarios como Ana, que llevan todo el año practicando y trabajando para estos tres días de festejos.
Aún así, no pierden la esperanza de que se celebren pero porque consideran que todavía no son conscientes de lo que ha ocurrido.
En Y ahora Sonsoles conocimos un caso similar, el del pueblo de Arona (Tenerife), que se quedó sin fiestas por culpa de un vecino que presuntamente había cobrado el dinero y después desapareció.
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