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La pesadilla continúa tras sacar a su hijo de una secta que le anuló por completo: "No se ha quedado muy bien"

Esteban era un joven normal hasta que conoció con alrededor de 20 años a una mujer argentina con la que se casó, pero en realidad estaba captándolo para una secta. Un día, de repente, desapareció y su madre supo de él 3 meses después: estaba en Argentina y era otra persona. Ahora vuelve a estar en España, pero su vida sigue siendo un infierno.

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Esteban era un joven normal que, con poco más de 20 años, conoció a una mujer argentina que lo captó para unas secta. La conoció a través de redes sociales y ella lo introdujo en un grupo de chat en el que se comunicaban todos los miembros.

Poco a poco, Esteban fue cambiando su comportamiento y se mostraba más alejado de su familia, e incluso llegó a pedir ayuda porque no se encontraba bien.

La pesadilla solo acababa de empezar. De la noche a la mañana, Esteban desapareció: se había marchado a Argentina después de casarse con su pareja.

Su madre no supo nada de él hasta tres meses después, momento en el que recibió una videollamada de Esteban, aunque ya no era el mismo.

La secta lo había absorbido, le había robado el pasaporte e incluso lo extorsionaban para que pidiera dinero a su familia, que cree que le obligaban a consumir ayahuasca.

La tía de Esteban fue quien denunció la situación después de recibir una videollamada de su sobrino asustado y temiendo por su vida. En ella, le suplicó que le ayudara a volver a España, donde el joven ya vive lejos de sus captores.

Sin embargo, la pesadilla continúa hoy en día y su madre nos lo ha contado en 'Y ahora Sonsoles'. "No se ha quedado muy bien", ha afirmado.

Se dieron cuenta de que algo raro estaba pasando, pues tenía momentos de lucidez en los que les decía que se quería ir de ahí. En esos momentos cortaban las videollamadas y volvían a llamar cuando les hacía efecto lo que le daban. "Ahí ya era otra persona", ha asegurado.

Fue entonces cuando empezaron a grabar las videollamadas y se dieron cuenta de que tenía los ojos demasiado dilatados. Pidieron ayuda a las embajadas pero no les hicieron caso, y contactaron con 'SOS Desaparecidos'.

Todo cambió de pronto. Dejó de llevarse bien con su familia y de ser él mismo. Supieron que estaba en Argentina a los años de estar en la secta porque perdieron completamente el contacto. "Sabía de él por la familia", ha dicho, y fue a través de ellos que se enteró.

Un día, para su sorpresa, su hijo contactó con ella en el inicio de la pandemia. En los audios que le mandaba, ella no reconocía a su hijo, que hablaba además en lenguas chamánicas, supuestamente. "Yo intentaba hablar con él y pedirle que volviera en sí, pero estaba anulado completamente", ha dicho.

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