Hablamos con ella y su hija
Pepi ha sido víctima de la nueva estafa de la hija detenida y ha entregado joyas por valor de 12.000 euros
Cuando eran las once de la mañana recibió una llamada supuestamente de una comisaría de policía que le decían que su hija había atropellado a una mujer y para evitar ir a la cárcel tenía que pagar 20.000 euros, un dinero que ella no tenía, por lo que aceptaron sus joyas a cambio de que Sabrina evitara la prisión.
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Pepi ha sido víctima de la estafa más real a la que pudiera enfrentarse. Sobre las once de la mañana, recibió una llamada inquietante de una supuesta comisaría de policía que le decía que su hija había tenido un accidente de tráfico en el que había atropellado a una señora embarazada.
Al otro lado, a la mujer le pareció escuchar la voz de su hija, a quien pusieron al teléfono llorando y repitiendo que la había matado. Los supuestos agentes le dijeron que el fiscal le había impuesto una fianza de 20.000 euros, que Pepi no podía pagar.
Sin embargo, le ofrecieron la posibilidad de entregar esa cantidad en joyas como garantía de pago, algo que aceptó. Posteriormente, una supuesta mujer de la Fiscalía se acercó a su casa para recoger las joyas.
En total, dos anillos con diamantes y un reloj de oro y acero valorado en unos 12.000 euros y con un inmenso valor sentimental, ya que eran regalos de su marido ya fallecido.
Pepi lo entregó todo para salvar a su hija de la cárcel. Sin embargo, cuando la llamó por teléfono para tranquilizarla le respondió que se encontraba bien y que estaba en el trabajo.
Fue entonces cuando Pepi se dio cuenta de que había sido víctima de una estafa. Conocían su número de teléfono, sus nombres y su dirección.
Madre e hija han puesto una denuncia ante la Guardia Civil con el susto aún en el cuerpo. "Estaba muy asustada, no pensé en nada solo en darle lo que me pidiera", ha asegurado Pepi, que ahora se siente muy aliviada por saber que su hija está bien, a pesar de lo robado.
Sabrina, por su parte, ha confesado que iba a llamar a su madre 20 minutos antes de que llamara Pepi. "Me habló con una voz muy temblorosa", ha dicho, y posteriormente ya le explicó que había entregado las joyas.
La hija entró en pánico y empezó a llorar, e incluso pudo irse a trabajar con ella desde casa para que se quedase más tranquila. Y es que hace unos años Pepi sufrió otro robo cuando unos ladrones se hicieron pasar por trabajadores para chequear la luz, y se llevaron todo lo que tenían.
"No fue tan fuerte como esta vez", ha asegurado, pues le dijeron que su hija tenía la vida destrozada.
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