Ludopatía

Pablo Ojeda confiesa cómo se volvió adicto al juego: "Llegué a pensar en vender un riñón para seguir apostando"

Es un rostro conocido en televisión, pero estuvo a punto de vender un riñón para costearse su ludopatía. Pablo acumulaba una deuda de 12.000 euros y hoy nos cuenta cómo llegó a estudiar en qué puente podría dormir cuando se quedase sin nada.

Pablo Ojeda es un famoso nutricionista y colaborador de esta casa, Atresmedia. Hace un tiempo, sorprendía a todos con una confesión: era adicto al juego.

Todo comenzó cuando un día decidió meter una moneda a una máquina tragaperras. Aunque no tenía intención de jugar, ganó 80 euros, y cayó en un agujero sin salida. "El problema no es ganar 80 euros, es que guardas un recuerdo agradable y vuelves", advierte.

Pese a que Pablo siempre pensó que lo podía dejar, llegó a robar a sus padres, a plantearse vender un riñón o a estudiar en qué puente podría dormir cuando se quedase sin nada. "Sabía que, si seguía así, iba a acabar debajo de un puente", recuerda, "y tenía una libreta donde apuntaba los puentes donde, si llovía, no me mojaba".

Pablo tocó fondo cuando la policía le detuvo después de empeñar el coche de su padre sin su consentimiento. Desde entonces, ingresó en un centro de rehabilitación y, con la ayuda de los profesionales y de su familia, logró salir adelante, aunque aún con miedo de volver a recaer. "Soy ludópata, el día que me relaje, vuelvo a jugar", asegura.