Nos lo cuenta
María, criada en una familia de dos padres ciegos: "Lo primero que quisiera ver es el rostro de mi hija"
Gemma y Ricardo son invidentes, pero no le tienen miedo a nada. Pese a las dificultades que suponía criar a una hija solos y sin poder verla, decidieron seguir adelante y formar la familia con la que siempre habían soñado.

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Gemma y Ricardo nunca han visto a su hija. Ambos son invidentes y se enamoraron profundamente, decidiendo formar su familia soñada pese a las dificultades.
Cuando nació María, no se daba cuenta de que sus padres no la veían. Eran los vecinos o las personas que les paraban por la calle los que le decían: "Qué pena que no la vean".
El hecho de que Gema y Ricardo sean invidentes les ha llevado a vivir varias situaciones curiosas, aunque nunca les ha impedido criar a María en el amor y el respeto. "Una vez María se comió el pienso del perro porque no nos dimos cuenta, pero no pasa nada", nos cuenta Gemma, entre risas.
Hoy, María está orgullosa de haber crecido en una familia como la suya, en la que nunca fue necesario ver para querer. ¡No te pierdas su historia en el vídeo de arriba!
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