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La guerra familiar por la herencia de Olivia Valère: "Su hija se ha llevado cuadros que me dejó ella en el testamento"
La reina de la noche marbellí dejó un gran patrimonio propio de haber creado un imperio en la Costa del Sol. Era propietaria de una casa de 2 millones de euros en una exclusiva zona de Marbella, además de numerosos negocios y otros muchos objetos por los que ahora lucha su familia.
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Olivia Valère creó un imperio que la convirtió en la reina de la noche marbellí, y es que ella hizo de la Costa del Sol el epicentro de las fiestas y el glamour. Con sus locales de ocio nocturno consiguió una fortuna inmensa.
Prueba de ello es la mansión de más de 2 millones de euros en la zona más exclusiva de Marbella y una empresa con ingresos anuales de más de 4 millones, entre otros negocios.
Se casó en dos ocasiones y tuvo tres hijos que ahora, tras la muerte de la empresaria a causa de un cáncer de estómago hace un año, se encuentran sumergidos en una guerra familiar por su herencia millonaria.
“Yo soy la hija de Olivia Valère y mi propia seguridad no me deja entrar por culpa de un hombre completamente loco que es el marido de mi madre y que ha perdido la cabeza”, dice Karen, una de las hijas y persona clave en esta pelea ya que era la mano derecha en los negocios de su madre.
Su viudo, por su parte, denuncia que son ellos quienes, aprovechando su ausencia, entraron en la casa a robar un deportivo de lujo, además de obras de arte valoradas en 300 mil euros y sacar dinero de las cuentas.
Hablamos con el viudo
Philippe Valère, viudo de Olivia, no entiende por qué esto ocurre ahora, ya que llevan más de 40 años de convivencia y un día, cuando se fue, se presentaron en la casa de Marbella, entraron en la casa y se llevaron con una grúa un coche, el primer regalo que le hizo su mujer.
Las paredes, además, están vacías porque se han llevado también, según cuenta, los cuadros. "Olivia me lo dejó a mi en el testamento", ha dicho.
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También denuncia que, después de un año desde el fallecimiento, sus hijos no lo hayan visitado ni una vez, y aprovechen un fin de semana que no está para llevarse las cosas de la casa, según cuenta.
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