Alejados de la vida
Aislados casi toda su vida y viviendo en una masía escondida en un bosque
Tras discutir con su padre, la joven consigue escaparse de casa. Acude a casa de sus vecinos, a quienes pide ayuda. En ese momento, saltan las alarmas. A la hora de denunciar, los cuerpos de seguridad descubren que tanto ella como su hermano carecen de registro, falta de educación escolar, sin televisión ni redes sociales. Ahora, el abogado de la familia se ha pronunciado y justifica algunos de los puntos más alarmantes de este caso.
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Todo saldría a la luz el pasado 1 de marzo cuando la hija mayor acude acompañada de sus vecinos para interponer una denuncia. Ella consigue escaparse de casa, tras discutir con su padre y acude a sus vecinos a pedir ayuda.
Según ha contado la joven, tanto ella, de 24 años, como su hermano de 18 años, han estado encerrados en su casa y solo salían para acompañar a sus padres a hacer la compra.
El aislamiento de sus padres hacia sus hijos era tal que nunca han tenido acceso a la escuela y la documentación sobre su vida es inexistente. Ni redes sociales, ni televisión, etc.
A pesar de ellos sabían hablar en catalán y todo lo que saben se lo han enseñado sus padres. De hecho, la joven asegura que le habían negado la posibilidad de sacarse el carné de conducir.
Inmediatamente, los agentes de seguridad establecieron contacto con su padre, quien señaló los problemas psiquiátricos que su hija padece y que era su tío, psiquiatra, quien la trataba.
El familiar confirmó los problemas de salud y la correspondiente medicación que la joven toma. Sin embargo, no ha podido facilitar ningún informe médico para una correcta confirmación.
Así mismo, los padres de los hermanos tampoco han podido acreditar ningún informe sobre dicha enfermedad ya que aseguran que ningún médico les ha querido hacer uno. Tampoco han podido entregar un libro de familia o carné sanitario.
En este caso, la hermana de la madre era pediatra y se hacía cargo de los problemas de salud que más comúnmente podrían presentar a lo largo de los días.
Tanto ella como su hermano, solo parecen figuran como empadronados en Matadepera, en la provincia de Barcelona. Allí vivieron durante años hasta que trasladaron su vivienda a Arbúcies, en Girona.
Tras una investigación llevada a cabo por los Mossos d’Esquadra y varias interrogaciones, los padres han quedado en libertad tras acogerse a su derecha de no declarar. Y, los hijos se han negado a presentar una denuncia.
El futuro de los jóvenes es incierto. Ahora no tienen ningún derecho a ayuda social o a una tutela porque ya son mayores de edad.
Las última declaraciones del abogado de la familia señalan a que todo se debe al síndrome de hipersensibilidad electromagnética que sufre la madre por lo que se alejan de “ondas radioeléctricas” y no de un secuestro.
El letrado, además, ha querido puntualizar que sí tienen acceso a las redes sociales desde el ordenador y que sí tienen teléfono fijo, pero no tienen móvil para evitar el Wifi.
La razón de la no escolarización es debido a que el matrimonio ha optado por enseñarlos desde casa.
El abogado de la familia también ha querido señalar que no están aislados ya que se reúnen con feligreses de la iglesia evangélica los domingos.
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A pesar de todo ello, las investigaciones continúan y extraña que no tengan DNI o tarjeta sanitaria, así como carecen de informes médicos.
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