Investigación

Candela, afectada por los riesgos de los alineadores invisibles que prometen una sonrisa perfecta en tiempo récord

Esta joven comenzó el tratamiento y, a los pocos meses, las encías empezaron a enrojecerse y a sangrar. Tiempo después, incluso se le cayó una muela y por ese motivo ha decidido denunciar a la empresa debido a las secuelas que le ha dejado la ortodoncia invisible.

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Todos hemos visto anuncios en redes sociales de alineadores invisibles que prometen una sonrisa perfecta en tiempo récord. Sin embargo, hay que tener cuidado pues, en algunos casos, tiene sus riesgos, en muchas ocasiones desconocidos a pesar de las advertencias de la Sociedad Española de Ortodoncistas.

Alrededor de toda España se han denunciado cientos de casos de personas que han perdido su dinero y, algunos, incluso, se han quedado sin dientes.

Una de las víctimas es Candela, que con 23 años ha denunciado las secuelas que le ha dejado el uso de alineadores. Ella vio el anuncio en redes sociales, pero también en muchos otros sitios como, por ejemplo, en el stand de un centro comercial.

Allí ganó un descuento y por eso se animó, a pesar de que ella no tenía los dientes tan mal, simplemente quería corregir las dos paletas que tenía echadas hacia delante.

El tratamiento comenzó en marzo de 2022 en una clínica de Madrid en la que le hicieron un escáner tras el que le dijeron que su tratamiento era muy sencillo y solo duraría 6 meses. "Son trabajadores de la cadena pero no odontólogos", ha dicho.

A ella le llegó un paquete a casa con todos los delineadores. Sin embargo, durante el tiempo que dura el tratamiento, ha explicado, el único seguimiento es que ella le mandara fotos, pero nadie le decía nada.

Al principio todo iba bien, pero un día las encías se le inflamaron y empezaron a sangrarle, algo que se hizo continuo hasta que terminó el tratamiento y empezó a ponerse los retenedores por las noches.

Un año después se le rompió una muela y Candela decidió ir a una clínica distinta de la cadena y le dijeron que la rotura era fruto del tratamiento.

A Candela le tuvieron que reconstruir la muela y ahora tiene que cuidar mucho su boca, además de las secuelas que le han quedado. Alberto Manzano, perito dental, ha asegurado que los daños no han sido por los retenedores, sino por la falta de seguimiento.

Además, ha dejado claro que arreglar el destrozo le va a costar unos 2.000 euros.

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