60 aniversario

Los secretos del primer vuelo al espacio del hombre protagonizado por Yuri Gagarin

Hoy se cumplen 60 años de la gesta realizada por Yuri Gagarin, el primer hombre que voló al espacio. Roberto Brasero repasa ese momento histórico con la perspectiva del tiempo.

Yuri Gagarin

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Yuri Gagarin se presentó voluntario para realizar este primer vuelo espacial. Sus conocimientos aeroespaciales, su patriotismo y su sonrisa jugaron en su favor para ser elegido.

El régimen soviético utilizaría la imagen amable de Gagarin en su carrera espacial con Estados Unidos. También resultó fundamental su baja estatura; no hay que olvidar que la cápsula en la viajó tenía poco menos de dos metros de diámetro.

“Aunque Gagarin no tuvo que hacer nada durante los 90 minutos que duró su viaje. El vuelo estaba totalmente automatizado”, nos dice Rafael Clemente, ingeniero y escritor especializado en viajes espaciales. “Las distintas fases del vuelo se realizaban desde el control de mandos de Rusia. Los soviéticos ganaron la partida por unos días a los estadounidenses. Ambas naciones querían ser los primeros en lograr este hito histórico. Tal día como hoy Gagarin viajaba al espacio; los Estados Unidos llevaron a su hombre al espacio en Mayo”.

En su vuelta a la tierra la nave de Gagarin llegó con una trayectoria diferente a la prevista y terminó en un campo de patatas, literalmente. “Cuando los agricultores le vieron descender en paracaídas creían que se trataba de un extraterrestre. Él les dijo que era soviético.

Algo que corroboraba las letras que llevaba en su casco: CCCP, es el acrónimo de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas de acuerdo a su nombre en ruso, Союз Советских Социалистических Республик. “En los momentos previos al despegue, cuando estaban trasladando a Gagarin hacia el cohete, alguien se dio cuenta de que el cosmonauta no llevaba ningún tipo de identificación. Algo que no era problema si su reentrada en la Tierra se producía en territorio soviético. Otra cosa era si caía, por ejemplo, en suelo norteamericano.

Había que dejar constancia de su nacionalidad. Alguien sacó un bote pintura y un pincel y le dibujaron esas letras en su casco”, nos dice Rafael Clemente.

Finalizado su viaje fue recibido como un héroe en Moscú. Los homenajes fueron multitudinarios. Se convirtió en una estrella y esa fue su maldición. Había que cuidarle no por esa razón no volvió a participar en ninguna misión. Pocos años después de su gesta murió en un vuelo de entrenamiento en un muy viejo caza. “Al parecer otro avión, en esta ocasión supersónico, pasó demasiado cerca del avión de Gagarin y le desestabilizó haciendo que perdiese el control y terminase estrellándose”, nos dice Clemente.

Gagarin entró en la historia aeroespacial y dejó también una frase para recordarlo. Cuando estaba a punto de comenzar el despegue, a punto de la cuenta atrás, dijo: “Vamos allá”.

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