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Frutos secos saludables

Despedimos la estación de otoño con uno de sus símbolos: Los frutos secos

Los frutos secos tienen numerosas propiedades que los convierten en alimentos de primera categoría. En ensaladas, pastas y hasta en postres, los frutos secos se han convertido en nuestro gran aliado durante la estación de otoño, aunque entra el invierno y este alimento seguirá acompañándonos ya que tienen muchas propiedades y es una opción muy saludable para incluir en nuestra dieta diaria.

Entre sus múltiples propiedades, los frutos secos reducen los niveles de colesterol, ayudan a perder peso y hasta previenen el deterioro cognitivo. No hay problema en comerlos con frecuencia, pues los frutos secos tienen múltiples capacidades y enriquecen nuestra alimentación.

Aunque tienen mala prensa por su alto contenido en grasas, entre un 50% y un 70%, y por su densidad energética, 160 o 180 kcal por cada 100 gramos, los frutos secos acarrean más beneficios que disgustos para la salud. Como nos comenta Alberto Pérez, encargado de NutNut: “En su justa medida, los frutos secos no tienen por qué engordar”.

Los frutos secos, portadores de las llamadas 'grasas buenas'

Y es que, además de ser una excelente fuente de nutrientes esenciales, aportan un elevado contenido de proteínas, antioxidantes, fibra, minerales y vitaminas B y E. A lo que se añade que las grasas que contienen son 'buenas'. Con tales propiedades no resulta extraño que la OMS recomiende su inclusión en el marco de una dieta saludable.

Lo más recomendable es comer un puñado al día y frutos secos como por ejemplo el anacardo contienen triptófano, que es el encargado de activar la serotonina, la célula de la felicidad.

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