Aves
Cientos de aves huyen del frío ártico a las cálidas aguas de las costas Canarias
Las últimas borrascas que han azotado el Atlántico traen hasta las costas canarias y vascas cientos de aves procedentes de los mares más gélidos.
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Huyen del frío, en este caso de la Borrasca Fien. Un largo viaje desde el norte de Europa hasta las cálidas aguas de las Costas Canarias. Cientos de aves como el frailecillo atlántico, un ave marina de pico grande y triangular que pasa gran parte del año en el mar y se cría cerca del Ártico. Es muy habitual poder avistarle por Groenlandia, Islandia, Noruega y Terranova.
Es poco frecuente ver este tipo de aves por tierras tan cálidas. En sus migraciones invernales suelen frecuentar el norte de España y Portugal pero el frío polar y el viento que ha dejado la Borrasca Fien les ha desplazado hasta las Islas Canarias.
Deshidratados y muy cansados
Llegan en muy malas condiciones y la mayoría no supera la larga travesía. Lo mismo ha ocurrido en la playa donostiarra de Zurriola, donde en los últimos días han aparecido varios ejemplares de frailecillo muertos. El pasado lunes se pudo ver a un arao común completamente desorientado por el malecón de Zarautz, en Guipúzcoa. Su cuerpo alargado, pico fino y patas atrasadas le hacen parecer un pingüino. En verano suelen estar en los acantilados mientras que sólo tocan tierra en los inviernos, durante o después de un vendaval.
Suelen estar por Escandinavia, Islandia, Gran Bretaña y Irlanda. La Península Ibérica supone el límite de su área de cría. En los años 60 había unas 3000 aves. 30 años después la cifra se reduce a apenas diez parejas de ejemplares.
Los humedales de las Islas Baleares también dan cobijo durante el invierno a más de sesenta especies diferentes. La mayoría, flamencos, avocetas comunes, chorlitejos patinegros y tarros blancos se han avistado en Parque Natural de la Albufera de Mallorca.
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