TOP CHEF se ha desplazado para su tercer programa hasta Valencia para poner a prueba a los concursantes fuera de las cocinas del programa en una edición dedicada al mar. En este tercer programa, la competición se ha hecho más dura y han empezado a surgir las tensiones entre los candidatos a convertirse en el TOP CHEF.
La prueba de fuego se ha desarrollado en el Mercado Central, donde los chefs han tenido que despiezar un bonito a contrarreloj para demostrar su destreza con el cuchillo. Pero esto sólo fue la primera parte de la prueba. Los tres mejores despiezando el pescado que fueron Bárbara, Miguel Cobo y Antonio Canales, tuviero que preparar un tartar de bonito. Antonio Canales se hizo con la imunidad gracias a sus otros dos compañeros que votaron su plato cómo el mejor en la cata a ciegas.
En la prueba grupal, el equipo se desplazó a un marco perfecto para este programa relacionado con el mar: El Oceanográfico y su restaurante. Los concursantes, en esta ocasión, trabajaron por parejas... Y como siempre pasa en las parejas, unas se llevaron mejor que otras. Allí Ángel León, el chef del Mar, les puso a trabajar con pescados de descarte. Pescados normalmente desechados por desconocimiento del gran público, pero especialmente ricos y con los que se pueden preparar grandes platos. El jurado experto en esta ocasión fueron los pescaderos del Mercado de Valencia y salvaron a Bárbara y Antonio y a Jesús Almagro y Javier Estévez.
Ya de vuelta a las cocinas de TOP CHEF, las tres parejas perdedoras se enfrentaron a la última oportunidad. En este caso tuvieron que elaborar un clásico ‘Mar y Montaña’, Pero en TOP CHEF, la exigencia es máxima porque se busca al mejor. Los concursantes empezaron a cocinar sin saber que tendrán un giro inesperado en la mitad de su elaboración. Tensión, emoción y nervios en la prueba eliminatoria...