Los médicos andaluces se unen a la protesta de sus compañeros de Cataluña para pedir una limitación del número de pacientes que atienden por día para poder ofrecerles una atención adecuada. Otro gran problema que sufren los médicos de familia son las agresiones que les provocan algunos pacientes, como lo que ha ocurrido en Linares.
El agresor no dijo ni una palabra tras la agresión, solo habló en su declaración cuando aseguró haberla pegado por ser mujer. No hablaba español y lo único que hacía era rezar en árabe, según su acompañante. Los compañeros de la agredida ayudaron a reducir al paciente, le pusieron una medicación para sedarle y conseguir tranquilizarle. La Policía le detuvo, pero el agresor está en libertad.