La vida de Óscar Díaz tras ganar el bote de Pasapalabra: "El mejor premio, el tiempo"

Un millón ochocientos mil euros por saber qué edificio proyectó el arquitecto Emil Fahrenkamp. Dicho así resulta simple pero para llegar a ese conocimiento, Óscar empleó hasta 14 horas de estudio diarias. No pensaba en ganar el bote de Pasapalabra, sólo quería probarse a sí mismo y desconectar de un trabajo estresante. Un año y un millón de euros netos en el banco después, ¿cómo le ha cambiado la vida a Óscar?

Los amigos de siempre, la afición de siempre, el coche de siempre…

Encontramos a Óscar con sus colegas de siempre, los que forman “Sin ir más lejos” en un local de ensayo de a 16 euros la hora. Ganar el bote de Pasapalabra le ha dado sobre todo Tiempo. Con mayúscula. Tiempo para recuperar aquello que dejó de hacer. Como volver a tocar con su banda y preparar algún concierto porque “nos apetece juntarnos con la gente que nos quiere y que nos aguantó en su momento”.

De regreso a casa coge su viejo coche de 16 años: “eso de conseguir un gran premio y comprarse un Lamborghini creo que no tiene mucho sentido”, asegura. Ya en casa, una cita ineludible con el concurso. Sigue viéndolo a diario, adelantándose a casi todas las respuestas: “una vez metido en vena, es complicado sacárselo”, asegura atento al Rosco.

“Mi base de datos es de setenta mil palabras”

Óscar se dedicaba a la comunicación en torneos de golf. Era autónomo. Y sigue pagando su cuota, pero el tiempo lo dedica ahora a escribir sobre golf. Por puro placer. Por publicar un ensayo sobre su pasión. Vuelve a aludir al tiempo como su gran triunfo. Nos muestra su base de datos de más de setenta mil palabras memorizadas, sus libros de cabecera para preparar un concurso tan exigente como una oposición… y otro de sus logros tras el premio: “me he quitado unos cuantos kilos desde que acabé”. Lo demuestra con una foto junto a Patricia, presente en cada rincón y con quien viajó a la Toscana: uno de sus pocos caprichos tras ganar el Bote.

“Sigo pagando mi hipoteca”

Y más finanzas. “¿Amortizaste hipoteca con el premio? No, sigo pagando mi letra cada mes”. Así le ha cambiado la vida a Óscar tras ganar 1,8 millones de euros (un millón neto tras impuestos): mismos amigos, mismo coche, misma hipoteca… pero mucho más tiempo libre. Y una frase que lo resume todo: “soy un privilegiado”.

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