Secuestro bebé Bilbao
La secuestradora del bebé de Bilbao se colocó un cojín en el vientre y enseñaba ecografías a su entorno
Espejo Público habla con conocidos de Mireia, la mujer detenida por secuestrar a un bebé recién nacido del hospital de Basurto (Bilbao). La definen como una persona conflictiva que mantuvo la farsa de su embarazo hasta el final.
Mireia, la mujer detenida por llevarse a un bebé recién nacido del hospital de Basurto (Bilbao), llevaba meses manteniendo ante su entorno que estaba embarazada. Según ha podido saber Espejo Público se llegó a colocar un cojín en el vientre, enseñaba ecografías a sus allegados e incluso había dicho que el 21 de octubre era la fecha probable de parto.
Tras sustraer al bebé y decirle a su madre que se lo llevaba a hacer unas pruebas antes de darles el alta envió a su familia imágenes del niño diciendo que era su hijo. Sus conocidos la definen como una mujer conflictiva que no trabajaba y "andaba todo el día por ahí". Las últimas semanas iba a las tiendas del barrio a comprar ropa de bebé y enseres e incluso había instalado en su casa una cuna.
Una vez raptado el niño la presunta secuestradora pasó las primeras horas en la vivienda de una amiga. Posteriormente, en torno a las 8,00 horas, la mujer dejó al recién nacido en el felpudo de una vivienda situada en la plaza del Carmen.
En las últimas semanas compró ropa de bebé e incluso había instalado en su casa una cuna
Testigos presenciales cuentan cómo se produjo la detención. La presunta secuestradora estaba en un banco llorando junto a otra mujer cuando Llegaron varios coches de la Policía. Josefina es una vecina de la madre de la detenida que la vio la semana pasada con unas amigas que le preguntaban para cuándo daría a luz y decía que le quedaba muy poco tiempo para el parto. La vio salir de la casa con un chico y presenció cómo hablaba con sus amigas.
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Cuenta Josefina que los problemas de convivencia con la detenida y su familia eran constantes. Ponían la música a altas horas de la madrugada y dejaban las ventanas abiertas, de las que salía muy mal olor. "Traían a veces a chicos y allí se ponían en la ventana asomándose a las casas" ,señala.