MÁS allá de la línea roja

"¡Que te pires de aquí, payaso!": Localizamos al GKS uno de los violentos grupos tras los últimos altercados en el País Vasco y Navarra

Jardun, Ernai y el GKS (Gazte Koordinadora Sozialista), son algunas de las siglas que están desenterrando fantasmas de un pasado reciente en el País Vasco y Navarra. Enfrentados entre sí pero haciendo frente a un enemigo común, el 'fascismo'. Encapuchados en la trinchera y semiocultos en sus laboratorios de operaciones. ¿Quiénes son? ¿Dónde actúan? ¿Qué hay detrás de estos jóvenes que legitiman el uso de la violencia? ¿Estamos ante una reedición de la 'Kale Borroka'?

Miguel Ángel Silva, GKS, kale borroka

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José Ismael Martínez pensaba que había perdido la visión de su ojo derecho tras la sarta de patadas y puñetazos que recibía mientras intentaba conservar el equilibrio y no caer de cabeza al suelo del campus de la Universidad de Navarra. Con el pómulo ensangrentado y reventado de dolor señalaba a los policías su acreditación de prensa. Unos días más tarde, con la heridas todavía visibles en su rostro, se sentaba en nuestro plató para contarnos como vivió este desagradable episodio.

La movilización a la trinchera antifascista la había hecho el GKS, una organización juvenil comunista vasca que está ganando notoriedad por sus enfrentamientos contra los cuerpos de seguridad. En la sección 'MÁS allá de la línea roja', decidimos colarnos en sus círculos y entornos más frecuentes. Mi compañero Arturo y yo nos trasladamos hasta algunos pueblos del interior de Guipúzcoa donde nos chivan que pueden estar los aposentos de estos grupos radicales. La simbología indepe, pancartas y murales que honorifican a terroristas, y todo tipo de pintadas y banderas reivindicativas nos auguran la incomodidad que va a generar nuestro trabajo en las herriko tabernas de Eibar, Hernani, Lasarte-Oria.

"Esto no es España. Esto es Euskal Herria, tío. España es un país de pandereta, un invento de los catalanes y andaluces". Son las pocas palabras que logramos extraer de los paisanos que frecuentan este tipo de locales vinculados a las reuniones de la izquierda abertzale más combativa, refugio de ocio de etarras. En sus paredes pueden verse los rostros de algunos 'caídos' y de otros encarcelados lejos de sus fronteras. Miradas que nos invitan a salir de aquellos tugurios y silencio, siempre silencio. Los más jóvenes tampoco quieren mediar palabra sobre el auge de Ernia, Jardun o el GKS. "No vamos a contestar ninguna de tus preguntas". "Antifascista siempre", nos espeta una chica. ¿Antifascista pero demócrata? "Antifascista".

El GKS, desde dentro

En el barrio de la Rotxapea de Pamplona tiene su centro de operaciones este movimiento. Mis fuentes policiales nos indican la ubicación. Los tienen fichados: "Son el mismo perro pero con distinto collar. Son los relevos generacionales de aquella banda. Entre ellos hay mucha diversidad pero han encontrado un enemigo común". Ernai, las juventudes de Sortu y Bildu son considerados "aburguesados" por el GKS, un movimiento que manifiesta "estar fuera del ámbito de la izquierda abertzale" y que ha conseguido reunir a más de 7.000 personas en sendas movilizaciones en Bilbao y Pamplona. La mayoría de sus miembros son jóvenes de entre 20 y 30 años y con ellos nos topamos. Iruñerriko Zentro Sozialista (Centro Socialista Pamplona) reza el cartel de una especie de fortín de cristales translúcidos pero opacados con cartones o tablones. Los allí presentes apagan las luces y tardan en salir de la guarida. Ante nuestras preguntas se tapan e incomodan. Provistos de la oportunidad de condenar la paliza a nuestro compañero prefieren el silencio y el sarcasmo. Algunos corren para que no les grabemos, una chica hace ademán de atropellarnos con el coche. Aligeran el paso y se disipan por la calles de este barrio pamplonés. Pero conseguimos enterarnos del lugar donde 'toman los potes' los cachorros de la nueva Kale Borroka. Sorprendidos al vernos aparecer, reconocemos algunos rostros de los que habían abandonado el centro a las nueve de la noche. Allí, se 'hermanan' y agrupan para echarnos de 'sus calles'. "¡Que te pires, payaso!" ¿Sois del GSK? Les pregunto cambiando el orden de una de las siglas... "Será el GKS, ja, ja, ja", responden. Mientras una chica nos graba las caras a Arturo y a mí, el resto guardan silencio ante una pregunta muy sencilla: ¿Condenáis la paliza que pegaron a mi compañero?

La 'valentía' sin capucha

El periodista Juan Soto Ivars hacía la siguiente apreciación durante la emisión del reportaje: "Me parece bonito ver que el otro día encapuchados estaban persiguiendo a José Ismael, pero cuando se quitan la capucha eres tú el que los persigues a ellos. Me parece interesante ver ese cambio de dirección, como actúan como ciudadanos". Daniel Portero, hijo de Luis Portero, primer Fiscal Jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, también intervino en Más Espejo para hablar de un resurgimiento de la Kale Borroka. "Es evidente. Principalmente hay una organización que es el origen y el corazón de todo esto, Eraiki, de la cual nacen el resto de ramificaciones como Jardun o el propio GKS, que considera muy blandito al mundo de Batasuna y Otegi. Todo lo que representa España lo consideran fascismo". Lamenta además Daniel Portero que grupos parlamentarios como EH Bildu "que da votos de sangre al Gobierno español", no condenen este tipo de acciones e incluso las apoya indirectamente. Remataba el debate Soto Ivars apuntando el peligro que tiene señalar a ese enemigo común con la excusa de ser 'antifascistas'. "También ETA cuando mataba solo mataba a fascistas. No buscaban al fascista si no que llamaban fascista a alguien para luego matarlo, algo que cada vez está más extendido por esta juventud kale borroka de Euskadi".

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