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IMÁGENES EN EXCLUSIVA

La policía recriminó a Bretón y a la forense Lamas que hablaran sobre la investigación

El interior de la Finca de las Quemadillas es el último lugar donde fueron vistos con vida los pequeños Ruth y José. El escenario donde, según los investigadores, el padre de los pequeños les dio muerte. Espejo Público ha tenido acceso en exclusiva a unas imágenes en las que la policía recrimina a la forense y a Bretón que hablen sobre la investigación.

Las Quemadillas es el lugar clave donde ocurrió todo. Los registros en la finca se estan llevando a cabo pocas semanas después de que los niños hayan desaparecido y los investigadores rastrean, con la ayuda de un georradar el campo de naranjos que rodea la vivienda de los Bretón.

El principal acusado está esposado y presencia estos trabajos. Lo hace junto a los restos de la hoguera en la que fueron hallados restos óseos. Está acompañado por Josefina Lamas, la forense que aseguró en un primer momento que los huesos encontrados eran de animales. Habla con José Bretón. Él le señala la hoguera y la policía les llama la atención. No quieren que hablen entre ellos.

"¿Dónde me pongo?", pregunta Bretón y el agente le señala el sitio que debe ocupar. Por su parte, Josefina Lamas se justifica ante los policías, "no estábamos hablando nada, de verdad".

Los resultados de unos nuevos análisis forenses llevan a los investigadores a rastrear de nuevo las Quemadillas. Esta vez no se escatima en nada. Y se levanta lo que sea necesario para encontrar a los pequeños. Las máquinas, levantan literalmente el suelo de la finca. El ruido es, ensornecedor. José Bretón lo está viendo todo y ni se inmuta. Se muestra impasible ante los trabajos de la policía que literalmente están echando abajo su casa para encontrar a los pequeños. Sólo se moverá para quitarse un mosquito de la cara.

En el interior de la vivienda, los agentes del Grupo de intervenciones Técnicas de la Policía Nacional agujerean paredes y techos en unas imágenes a las que ha tenido acceso Espejo Público. Pasan los días y continúan los rastreos en la finca. Bretón, vigilado por varios agentes de la policía y soportando los 40 grados que caen en Córdoba, empieza a perder la paciencia y es reprendido por la policía. Lo que allí se está haciendo, buscar a los pequeños, parece no ir con él.

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