La policía quiere someter a Miguel Carcaño a un test neurológico

Miguel Carcaño ha ofrecido innumerables versiones sobre el paradero de Marta del Castillo y hasta ahora ninguna ha sido cierta. El asesino confeso de la joven puede seguir mintiendo, pero su cerebro es el único que conoce la verdad y sobre todo sus recuerdos. Por eso, los investigadores han echado mano de la ciencia y han pedido se someta a un test neuronal.

A Carcaño se le colocará en la cabeza un casco repleto de cables y sensores transdérmicos, después se le mostrarán imágenes de los lugares donde pudo deshacerse del cadáver: como el río Guadalquivir, el vertedero de Alcalá, La Rinconada o La Majaloba. De reconocer estos parajes, su cerebro mandaría una señal, una onda neuronal que se activa 300 milisegundos después de cada pregunta, de ahí el nombre técnico de la prueba, P300, un diagnóstico cerebral que además ofrecerá información sobre su estado de ánimo en cada imagen. Carcaño no tendrá que responder a ninguna pregunta, será su cerebro quien hable por él, con lo que nada podrá inventar. Un "test de la verdad" , que se le podría realizar en el Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.

Pero, ¿es legal conocer estas "huellas neuronales"?. Juristas y penalistas no se ponen de acuerdo. Para unos es una prueba fundamental para buscar indicios, para otros una intromision corporal. Pero hay más, los detenidos tienen derecho a no declarar en contra de sí mismos, por tanto, ¿la información recogida en un encefalograma se considera una prueba pericial o una declaración? ¿Podría equipararse a toma de una huella dactilar?.

Dudas aparte, los agentes de policía ya han pedido la autorización judicial. No es la primera vez que un test así se realiza. El pasado mes de diciembre se le aplicó a Antonio Losilla, acusado de la desaparición y asesinato de su esposa Pilar Cebrián. Un método novedoso del que apenas hay datos contrastados sobre su efectividad, pero lo cierto es que, ni la familia ni la policia han perdido la esperanza de encontrar el cuerpo de Marta del Castillo después de 5 años de búsqueda infructuosa.