Pueblo incomunicado

“Mira, una rayita”: así se vive sin fijo, ni móvil, ni internet

Visitamos Bentué de Rasal, el pueblo oscense donde no hay telefonía fija y la móvil depende del tiempo. El único punto con cobertura es un refugio de la guerra civil en lo alto de un monte. Los vecinos lamentan el olvido de las administraciones: “somos ocho vecinos y no les compensa”

La vida sin cobertura

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Quienes dependemos para todo del navegador GPS lo tenemos complicado para llegar a Bentué de Rasal, en Huesca. De repente, la ruta de la pantalla pasa a un inquietante gris. La flecha se desorienta y este conductor tiene que recurrir a un mensaje para llegar a su destino. Un texto con indicaciones que le enviaron hace unas horas y desde un lugar con cobertura. Porque en Bentué de Rasal y sus alrededores no hay señal de ningún tipo. Ni móvil, ni internet… ni teléfono fijo.

Ni cobre ni fibra. Ni fijo ni móvil. Un pueblo en modo avión

“Nunca hemos tenido cobertura de móvil, y hemos tenido telefonía fija hasta el año pasado”, nos cuenta Mari Carmen, una de las ocho vecinas de Bentué bajo la pancarta clavada en el muro de la iglesia que pide un poquito de comunicación. ¿Ni siquiera fijo?: “el cobre lo quitaron por la normativa europea, que exige que se cambie por la fibra”. Pero nunca les instalaron esa milagrosa fibra: “aquí somos pocos y no les debe de salir a cuenta. Estamos en una situación límite”. Mari enumera todas las limitaciones de no tener comunicación: coger cita médica, hacer papeleo con la Administración, comprar por internet, pagar con tarjeta cuando viene el pescadero, que sus hijos puedan acceder a los deberes del instituto, abrir un mail…

Llamar a la familia desde un nido de metralletas

Miguel Ángel, un joven de 70 años nos sube a buen ritmo por una escarpada colina de la que se desprenden piedras a cada paso que avanzamos: “esto no lo puede subir cualquiera”, afirma refiriéndose a los vecinos de su edad sin una agilidad como la suya. Nos lleva a un nido de ametralladoras de la guerra civil, en lo alto de un risco desde donde se divisa Bentué. Es el único punto donde se consigue un punto de cobertura: “mira, ahora me ha entrado una rayita”. Miguel Ángel paga 40 euros al mes por un móvil que apenas le da servicio, “y en casa tengo colocada una antena hacia el satélite Hispasat que vuelvo a pagar”. En total, “setenta y tantos euros al mes”. Y ¿Quién tiene la culpa de la situación?: “Que si la La Diputación, que si el Gobierno Central, que si el Gobierno de Aragónla pelota pasa de una institución a otra y el problema no se resuelve”.

Comunicación: Un Derecho Universal, pero no en Bentué

En la Diputación nos aseguran que su responsabilidad se limita a colaborar en la instalación de infraestructuras como la antena o el suministro eléctrico, pero que la “electrónica” (equipos y sistemas) es competencia de la Secretaría de Estado de Comunicación. Nos aseguran que próximamente se reunirán estos organismos. Mientras tanto, los vecinos recurren a parches que dependen de la meteorología para enviar un Whatsapp… o llamar a una ambulancia.

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