Atrapados en la secta
La madre coraje que consiguió desmantelar la secta que atrapó a sus hijos en medio de terapias sexuales y rituales chamánicos
El hijo de Silvia se quedó muy mal emocionalmente tras romper con su pareja. A partir de ahí inició una terapia alternativa que le llevó a ingresar en una secta. Su hermana pequeña, de 21 años, siguió sus pasos.
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Silvia es una madre coraje que ha conseguido desmantelar la secta en la que ingresaron sus hijos de 23 y 21 años. En sus propias palabras "la organización tenia a sus hijos completamente poseídos". Tras más de un año de lucha las autoridades han desmantelado a la organización criminal que operaba tras esta secta.
Todo empezó después de la ruptura sentimental de su hijo. Se quedó destrozado por la ruptura con su pareja y a partir de ahí empezó con una terapia que le cambió para siempre. Se alejó de los suyos y solo les hablaba para pedirles dinero. Un año más tarde su hermana, de 21 años, cayó en la misma red criminal.
Desde estas agrupaciones clandestinas prometen a los jóvenes soluciones a sus problemas y poco a poco les van pidiendo dinero. A los hijos de Silvia les quitaron 7.000 euros. Los chicos participaban con asiduidad en rituales chamánicos donde ingerían droga y sustancias alucinógenas para anular su voluntad. Los jóvenes practican el nudismo colectivo y llevan a cabo terapias sexuales.
En el registro encontraron grandes sumas de dinero en efectivo y de droga
Esta madre coraje les denuncia y consigue que desarticulen la organización que se hace llamar 'la familia del alma' y que opera en Castellón. En el registro las autoridades encuentran dinero y drogas. Detrás de esta secta hay más de 100 familias a las que le han destrozado la vida.
"Mi hijo estaba muy cambiado y comenzó a alejarse de nosotros"
Silvia, madre de los niños afectados habla para Espejo Público sobre la historia de sus hijos. Cuenta que su hijo estaba muy desesperado cuando rompió con su pareja. Una mujer que se hacía pasar por terapeuta comenzó a tratarle. A partir de ese momento se alejó de la familia. Comenzó a verle más delgado y dejó de pasar tiempo con los suyos.
Tiempo después fue su hija de 21 años la que entró en el grupo. Fue una expareja de la chica la que alertó a la familia de los comportamientos extraños de esta.
La madre comienza a contactar con amigos de sus hijos hasta que localiza a un grupo de WhatsApp que le reconoce que su hijo estaba en una secta donde les tenían completamente controlados. Todos los integrantes de la secta se habían alejado de sus padres y no podían hacer nada sin que la maestra les diera permiso. "Les decía incluso que dejaran determinados trabajos", cuenta Silvia.
Existen determinados cambios que pueden hacernos pensar que alguien cercano a nosotros forma parte de una secta:
- Cambios en la forma de vestir
- Comportamientos extraños
- Priorizar nuevos amigos
- Ausencia de explicaciones
- Mayor irritabilidad ante comentarios contrarios a su estilo de vida
- La vida gira en torno a una idea que puede ser obsesiva, nada más es importante
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