Jesulín en 'El Camino a Casa'

Las lágrimas de Jesús Janeiro en 'El Hormiguero' al recordar su infancia

Jesús Janeiro se emocionó en su visita a El Hormiguero. Acudió acompañando a Albert Espinosa que estrena hoy en La Sexta su programa 'El camino a casa'. Jesulín es el protagonista del primer capítulo, en el que no pudo evitar emocionarse al volver a la casa donde pasó su infancia.

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Jesulín ha vuelto a Ubrique. Lo ha hecho de la mano de Albert Espinosa. Ha paseado por sus calles y, tal y como hemos podido ver en un pequeño adelanto del programa, ha vivido un momento especialmente emotivo cuando Espinosa le ha propuesto volver a visitar el que fue su hogar de la infancia. Jesús ha recorrido las estancias de la casa, ahora abandonada, describiendo cómo la recordaba. No pudo evitar las lágrimas al recordar a su familia. "Mi madre, mi padre y mis tres hermanos. Fuimos muy felices aquí". En ese momento Jesús se echó a llorar durante la grabación del programa y volvió a hacerlo al recordarlo en El Hormiguero.

"Papá, si no vendes el campito, seré torero"

Jesús ha recordado cómo decidió ser torero. Su padre fracasó en un negocio que emprendió y estaba ahogado por las deudas. Se vio abocado a vender un pequeño terreno en el campo al que llamaban "el campito" y al que Jesús tenía mucho cariño ya que allí había comenzado a practicar con los trastos de torear. "Así que como yo sabía que mi padre quería que yo fuera torero, le dije que si no vendía el campito, yo me haría torero. Y así fue. Y pagué la deuda de mi padre con creces".

"Me echaron del cole por viejo"

Con 13 años comenzó a torear y asumió la responsabilidad de ser él quien llevase la comida a casa. Tuvo que dejar los estudios "aunque tampoco era un estudiante estrella. Me echaron del cole por viejo, porque repetí sexto de EGB tres veces"

Cartones en las zapatillas

Además de recordar su infancia, Jesús dejó momentos muy simpáticos en El Hormiguero, como cuando se reconoció fan incondicional de la película Rocky ("algún día buscaré a Stallone para hacerme una foto con él"), cuando admitió que duerme desnudo y con una almohada entre las piernas, o cuando anunció que se va a hacer un gran tatuaje de un tigre en la espalda. También confesó algunas supersticiones, como la costumbre de rascarse la entrepierna cuando ve un zorro, o algunas que tenía cuando toreaba: usaba siempre la misma montera y las mismas zapatilla. "Las zapatillas estaban tan gastadas y agujereadas que cuando el zapatero ya no podía arreglarlas más, yo les ponía cartones para poder seguir usándolas", ha reconocido.

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